Cinco años de la pandemia de covid-19: «Lo peor era la incertidumbre»

Hace cinco años nuestra vida cambió por completo. El 14 de marzo de 2020 se declaró en España el estado de alarma y el país se encerró en casa. Durante casi 50 días estuvimos confinados por una pandemia que empezó en China y rápidamente se fue extendiendo por todo el mundo, dejando más de siete millones de muertos.

Un equipo del Telediario ha ido a una de esas casas donde estuvimos encerrados. En aquellos primeros días poco sabíamos de aquel nuevo virus: la covid-19. Poco a poco los países fueron cerrando sus fronteras y aislando a la población para evitar que se propagará.

«En el día de hoy, acabo de comunicar al jefe del Estado la celebración mañana de un Consejo de Ministros extraordinario para decretar el estado de alarma en todo nuestro país, en toda España, durante los próximos 15 días». Así anunciaba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el inicio de la alerta sanitaria en el país.

Primero fue la negación. Las noticias que llegaban de China de aquel nuevo coronavirus al principio pasaron prácticamente desapercibidas, un poco con la sensación de que aquí, en España, los casos iban a ser algo anecdótico.

Pero la realidad llegó y tuvimos que aceptar que el virus estaba aquí para quedarse, así que había que aprender a combatirlo a marchas forzadas mientras los centros sanitarios colapsaban.

«Era como un hospital de guerra. Estaba la gente por los pasillos, en las camas, gritando y llorando». Así recuerda Óscar cómo llegó y salió de la UCI (unidad de cuidados intensivos) el 14 de abril de 2020, en plena primera ola, tras pasar cinco semanas en ella. Y se recuperó.

Pero para dar con el momento en el que la covid-19 comenzó a preocupar en España, hay que retroceder a enero.

«Pensábamos que iba a ser un número reducido de casos»

«España se suma a la lista de países de todo el mundo con al menos un caso de coronavirus«, fue el titular con el que abrió el telediario entonces. Mientras, llegaban al Hospital Militar Gómez Ulla los españoles repatriados de Wuhan (China). Ellos dieron negativo, pero a las pocas semanas llegó el primer positivo de este hospital.

«Pensábamos que iba a ser un número reducido de casos», recuerda Javier Membrillo, teniente coronel médico de este centro sanitario de Madrid.

«Vimos una falta de datos que era espeluznante. No teníamos un mapa de la realidad de lo que estaba pasando«, dice Manuel Franco, epidemiólogo en Ikerbasque, la Fundación Vasca para la Ciencia.

En las UCI empezaban a ingresar los primeros pacientes graves. «En cuestión de días empezaron a aumentar los pacientes de forma muy masiva. No tenías dónde ponerlos», explica Mapi Gracia, jefa de sección de la UCI del Hospital del Mar de Barcelona.

Y el país tuvo que parar para frenar la curva de contagio. Los hospitales se reconvirtieron. En muchos todas las camas estaban ocupadas por pacientes de covid-19. Se buscaba una cura contrarreloj. «Lo peor fue la incertidumbre, el no saber cómo tratar estos pacientes«, lamenta Gracia.

«Todos los días nos reuníamos para estudiar la evidencia que llegaba a nuestras manos en las últimas 24 horas y decidir si podíamos tomar decisiones de modificar o no el tratamiento», explica Membrillo.

La salud pública, en conflicto directo con la economía

La hidroxicloroquina fue el primer medicamento que se autorizó, pero se revocó al poco. Luego vinieron otros como la dexametasona. Muchos eran experimentales. «Ahora le tenemos que hacer una traqueotomía u hoy le hemos puesto boca abajo. Iban probando cosas», relata Óscar.

Mientras, los fallecidos se contaban cada día por cientos. Hasta que se llegó al pico, con 932 muertos por coronavirus en un solo día. Había escasez de ventiladores, de equipos de protección individual (EPI), de pruebas PCR, de mascarillas y existía otro gran debate científico: ¿cómo se transmitía el virus? «Si era por aire o era por contacto. Tardó mucho la ciencia y los datos en tomar una decisión», asegura el epidemiólogo Manuel Franco.

Las mascarillas no se hicieron obligatorias hasta finales de mayo, cuando ya estábamos en plena desescalada. En junio se abrió el país. «Recuerdo perfectamente ese momento en el que desde el punto de vista de la salud pública entrábamos en conflicto directo con la economía del país, señala Franco.

A esta primera ola le siguieron cinco más con cientos de miles de infectados y una campaña de vacunación inédita y las gracias de los que, como Óscar, cinco años después nos lo pueden contar. «Yo no tengo más que palabras de agradecimiento a ellos [al personal sanitario]».

Los recuerdos que nos dejó la pandemia a través de las fotografías de los espectadores

Hace 5 años, en las primeras semanas de la pandemia, nuestras casas se convirtieron en nuestro único espacio. En ellas, trabajábamos, estudiábamos, jugábamos o cocinábamos. Con motivo del especial telediario dedicado al covid-19, se pidió a los espectadores que compartieran fotografías representativas de aquellos días. Esta es una muestra de cómo se vivió el confinamiento en los hogares y en la sociedad española.

El miedo era libre y la forma de aplacarlo fue, en muchos casos, intentar rellenar el tiempo que nos sobraba, porque por primera vez en muchas épocas no sabíamos qué hacer con él.

Una pareja se besa con la mascarilla durante la pandemia. TVE

Una señora mayor se asoma a la ventana durante el confinamiento. TVE

Tres jóvenes, de espaldas, están sentados en su casa y miran al exterior. TVE

Nos convertimos en expertos reposteros. Perfeccionamos nuestro dibujo como Fernando e íbamos al súper y todo parecía irreal.

Fernando dedicó algunas de las horas de su confinamiento a dibujar. TVE

Imagen del exterior de un supermercado, con una larga fila, durante la pandemia. TVE

Convertimos los pasillos en parques infantiles y los parques infantiles en territorio de guerra.

Tres niños juegan en el pasillo de su casa. TVE

Un operario de limpieza desinfecta un parque infantil durante la pandemia. TVE

Las videollamadas fueron la mejor forma de estar juntos. Pusimos a prueba nuestra paciencia haciendo puzles interminables.

Captura de tres mujeres durante una videollamada en la pandemia. TVE

La imagen muestra muchas piezas de un puzzle que se está elaborando. TVE

Delia, desde su balcón, creía estar viendo una película, una película de terror.

Dos personas se encargan de desinfectar la calle durante la pandemia. TVE

Y en muchas vidas se instaló el teletrabajo, que quizá ilustre como pocos esta imagen con Paula y Joaquín. Lidia, periodista, tuvo la ayuda de un avispado reportero.

Muchos tuvieron que compaginar teletrabajo con el cuidado de sus hijos. TVE

Lidia, periodista, teletrabaja con su bebé en brazos. TVE

Emi intentaba atrapar el sol, esquivo siempre. Los sanitarios cubrían todo su cuerpo hasta el último rincón e intentaban no perder la sonrisa, que no duró mucho porque la realidad era terrible.

Un brazo intenta capturar el sol. TVE

Cuatro sanitarias trabajan protegidas contra el covid. TVE

Una sanitaria, protegida con una bolsa de basura frente al covid. TVE

Camacho dio a luz y no hubo ni visitas ni flores. Pablo subía a buscar la inspiración a la azotea.

El bebé de Camacho nació en el hospital durante el confinamiento. TVE

Pablo toca la guitarra en la azotea de su casa. TVE

Belén descubrió que podía salir al tejado y respirar el vacío. Teresa celebró como pudo el bando de la huerta.

Teresa celebró el bando de la huerta desde su casa, vestidos con la indumentaria tradicional. TVE

Y hablando de huerta, se acabaron los tomates, además del papel higiénico en los supermercados.

Un supermercado, sin existencias durante la pandemia. TVE

Wood y Pablito se hicieron íntimos. Iván y Laura hicieron la red de ping-pong más literaria del mundo.

La mascota del pequeño Pablo fue inseparable durante el confinamiento. TVE

Una familia juega al ping-pong con una red hecha de libros. TVE

Qué miedo pasamos hace cinco años. Cinco años ya. Aunque uno tiene la sensación que de todo esto parece que hace media vida.

Un niño pasea por el campo durante la desescalada. TVE

Al aire libre, se podía aprovechar para hacerse fotos sin mascarilla. TVE

Fernando Simón, sobre el confinamiento: «Todo el mundo entendía que había que hacerlo»

El que fuera el portavoz de la pandemia, Fernando Simón, ha recordado en una entrevista concedida al Telediario de TVE los momentos más difíciles de la emergencia sanitaria, con motivo del quinto aniversario del decreto del estado de alarma. Entre estos momentos, destaca la decisión de confinar a la población, una medida inédita en España. «Todo el mundo entendía que había que hacerlo, lo que no se sabía es si se podía hacer», ha valorado el epidemiólogo, para justificar que «estábamos ya en una situación en la que si no nos adelantábamos, la catástrofe iba a ser mucho mayor de lo que fue».

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ha reconocido que «conocíamos relativamente poco a la enfermedad, y no teníamos todavía información suficiente para poder justificar decisiones de ese calibre«. «La decisión no la tomamos nosotros, pero proponerla te carga de una responsabilidad que es difícil de aguantar», ha recalcado.

«Teníamos datos de qué es lo que estaba pasando en Italia, que respaldaban bastante decisiones de ese tipo. Sabíamos lo que estaba pasando en China, donde ya habían confinado a gran parte de su población, pero son decisiones que no se habían tomado nunca e iban a tener un impacto enorme en la población, en la economía, en el bienestar de todo el país», ha rememorado, para admitir que «de hecho, incluso se vulneraron derechos civiles, y todo eso nos hizo tener que trabajar muy duro para conseguir información que nos avalara en una propuesta como esa».

Uso obligatorio de mascarillas

Otra medida difícil de proponer fue la del uso obligatorio de mascarillas, ya que «no solo no había, sino que no había evidencia de que fueran a cambiar el curso de la epidemia». «Proponer el uso obligatorio de una medida imposible de implementar, porque no había mascarillas disponibles, ni en España ni en el mundo entero, y que además no tuviéramos certeza de que fueran a tener un impacto importante en la epidemia era muy complejo», ha valorado, aunque finalmente se hizo «porque consideramos que teníamos que ser honestos con la evidencia de la que disponíamos y trabajar con ella».

La pandemia de coronavirus evidenció en España la necesidad de contar con una reserva estratégica de material sanitario para afrontar futuras crisis sanitarias. Durante los primeros meses de la pandemia, el país se enfrentó a una grave escasez de equipos de protección personal (EPI), mascarillas, respiradores y otros insumos médicos, lo que llevó a una competencia feroz a nivel global y dificultades en el abastecimiento.

Como respuesta, el Gobierno español anunció la creación de una reserva estratégica de productos sanitarios y medicamentos esenciales, con el objetivo de garantizar el suministro ante posibles emergencias. Además, se promovió el fortalecimiento de la industria nacional para reducir la dependencia del mercado exterior, especialmente de China. Comunidades autónomas como Madrid, Cataluña o Andalucía también tomaron medidas para desarrollar sus propias reservas estratégicas.

Una reserva estratégica incompleta

Un lustro después de aquello, Fernando Simón ha reconocido que de esa reserva estratégica tan solo «existe una parte de lo que nos gustaría que fuera». «Se tienen equipamientos de protección personal, tanto en las comunidades autónomas como a nivel central; y se tienen algunos medicamentos y productos que son necesarios para responder a epidemias y pandemias; aunque nos va a llevar tiempo tener una reserva como nos gustaría tenerla», ha declarado, para admitir que «somos conscientes de que la reserva que nos gustaría tener nunca será suficiente para una situación pandémica, sino solo para un período».

Respecto a aquellas situaciones que, cinco años después, ahora se hubieran afrontado de una manera diferente, el epidemiólogo ha manifestado que «en el futuro, si viene otra pandemia, se intentarán implementar medidas un poco más quirúrgicas, más dirigidas a grupos concretos, pero no es fácil».

Cuando España salió a los balcones para aplaudir a los sanitarios frente a la pandemia del covid-19

El 14 de marzo de 2020 el Gobierno decretó el primer estado de alarma por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Aquella misma noche, con toda la población ya confinada, surgió el primer aplauso colectivo para dar las gracias a los sanitarios que estaban luchando contra el virus.

Un gesto que se repitió cada día de manera puntual a las 20:00. Los aplausos no solo sirvieron para agradecer a los profesionales de la salud, un estudio de la Universidad Complutense de Madrid ha confirmado que sirvió para tolerar mejor el esfuerzo que conllevó permanecer confinados en nuestros domicilios.

Los sanitarios, en el centro de la pandemia

Los hospitales de toda España recibieron durante los primeros días de la pandemia un aluvión de personas enfermas, en cantidades solo comparables a un escenario de guerra. «Los primeros días fueron terribles. Continuó durante mucho tiempo, pero aquellos primeros días no sabíamos casi ni lo que estaba pasando», ha explicado Esther Rey, directora de enfermería del Hospital de La Paz. El personal sanitario se tuvo que adaptar con los recursos que había disponibles para dar una respuesta rápida a aquella situación.

“Vivimos situaciones muy críticas, que se muriera un paciente en una habitación y que a una compañera le dijera al paciente no te vayas porque sé que ahora me va a tocar a mí, el personal se rompía”, ha recordado Rey.

Los profesionales de la medicina estuvieron en el centro de la pandemia, viviendo en primera persona sus consecuencias: “Hubo muchos compañeros que se infectaron. El personal lloraba de miedo porque, a veces, no sabían cómo actuar. El soporte de unos a otros también hacía que pudieras tirar el ánimo, pero fue duro”, ha reflexionado la directora de enfermería.

Las vacunas pusieron «luz en tanto dolor»

Uno de los puntos de inflexión fue la llegada de la vacuna. Millones de españoles se vacunaron de manera masiva contra el covid-19 en una campaña cuyo peso también recayó sobre los hombres de las enfermeras: “La vacuna fue algo maravilloso porque venía a poner luz en tanto sufrimiento, horror, dolor y miedo”, ha recalcado Rey.

Para la enfermera, la vacunación ha sido una de las mejores cosas que ha hecho: “Llegaban emocionados, recordaban nuestros nombres en la segunda vacuna. Era esperanza para ellos”.

Aunque la pandemia cogió al personal sanitario desprevenido, se prepararon de forma eficaz: «Ahora mismo podríamos decir que sabemos colocarnos y quitarnos un equipo de protección individual. Sabemos cómo tenemos que hacer los circuitos. Lo hacíamos todo tan rápidamente que creo que eso ya lo tenemos en el ADN«, ha asegurado Esther Rey. «Ahora solo hay que enseñar a los que vienen nuevos que no lo vivieron», ha sentenciado.

Resistir a la soledad

En solo unas horas, las calles que estaban llenas de bullicio provocado por el tráfico y por gente paseando, quedaron desiertas y en silencio. Muchas personas quedaron confinadas en sus casas sin ninguna compañía: “Lo viví sola, apartada de la familia, de todo. Los tres, casi cuatro meses”, ha explicado una mujer a RTVE.

Parte de la población encontró en las nuevas tecnologías la única forma de estar en comunicación con sus seres queridos. Las videollamadas se convirtieron en uno de los mejores recursos para mantenernos unidos a familiares y amigos. Una forma de sentir cercanía en la distancia.

España no tardó en ponerle banda sonora a la pandemia. Aquel “Resistiré” del Dúo Dinámico dejó de ser una canción para convertirse en un lema, en un anhelo que terminó llegando. La sociedad se volvió de hierro para endurecer la piel y resistió para seguir viviendo.  

Ayuso censura la «obsesión sin cuartel» de Sánchez contra Madrid por los fallecidos en las residencias durante la covid

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha tachado este viernes de «obsesión sin cuartel» la que tiene el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, contra la región, cinco años después de la pandemia de la covid-19, y ha vuelto a incidir que es «mentira» la cifra de 7.291 fallecidos en las residencias de mayores madrileñas durante la primera ola del coronavirus.

Ayuso se ha referido así en declaraciones a la Cope al documental que ha emitido RTVE que lleva por título ‘7.291’, y que se enmarca en una programación especial cuando se cumplen cinco años de la declaración del estado de alarma en España con motivo por la pandemia de la Covid-19.

«Toda esta inversión de la verdad es lamentable y demuestra una poca inhumanidad y una obsesión, yo creo, que sin cuartel de Pedro Sánchez con la Comunidad de Madrid», ha expresado, al tiempo que ha lamentado que España «esté en eso» cinco años después de la pandemia.

Además, ha recordado que durante la pandemia se creó una «especie de alarma específica» para la región «para impedir que la gente saliera de la Comunidad, como si Madrid fuera una bomba vírica», lo que, a su juicio, «demuestra la poca inhumanidad y la obsesión» de Sánchez.

Carga contra el documental emitido por RTVE

La presidenta madrileña ha reiterado que la cifra de 7.291 fallecidos en residencias de mayores es «mentira», así como tamb que ha afirmado que «nunca existieron» los llamados «protocolos de la vergüenza», que señalaban la no derivación de residentes a hospitales, cuando «sí se aplicaron en otras regiones» en las que las muertes en residencias fueron «muchísimas más» que en Madrid, pese a su densidad de población.

También ha considerado «triste y lamentable» que la televisión pública tenga «un despliegue sin precedentes«, en alusión a la programación especial de RTVE , además del documental ‘7291’ sobre las muertes en residencias en la Comunidad de Madrid.

«Que RTVE cree un despliegue sin precedentes que sigue hoy durante el día, hasta con directos por distintas ubicaciones de Madrid, para intentar seguir retorciendo el dolor de familias, que muchas nos han llamado y nos han escrito para decir por favor que dejen de utilizar a mi abuela o a mi padre, porque nosotros no estamos en esto, porque fueron atendidos perfectamente con la mayor profesionalidad y humanidad en su residencia o en el hospital, pues te da tamaño de la dimensión«, ha afirmado.

Dice que es un intento de «retorcer del dolor» de las familias

Ayuso ha lamentado de nuevo que se le responsabilice de la cifra de 7.291 fallecidos en residencias en la pandemia y lo ha atribuido a un intento de la izquierda de «seguir retorciendo el dolor» de las familias. «Si yo me responsabilizo o a mí se me responsabiliza de una cifra que se han inventado, […] ¿por qué entonces Pedro Sánchez no se responsabiliza de las suyas, que pueden estar, que ni lo saben ni siquiera, entre 120 a 130.000?», ha preguntado.

Este miércoles, el Gobierno regional negó en un comunicado la cifra que se viene manejando de 7.291de fallecidos en residencias de la región, que redujo a 4.100 frente a los números que «agita la izquierda y la ultraizquierda» y fue «un invento» del exconsejero de Políticas Sociales Alberto Reyero, de Ciudadanos, quien, en declaraciones a RNE, explicó que esa cifra se facilitó en su momento en respuesta a una pregunta en el portal de transparencia.

Por contra, ha vuelto a reivindicar la labor de su Gobierno y la del que fuera consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, frente a un Ejecutivo central que «no tomó ninguna medida en enero, febrero y marzo, pasando de las alertas de la Organización Mundial de la Salud».

El PP de Madrid rompe relaciones con el delegado del Gobierno

Por otro lado, el secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano ha comunicado por carta la ruptura de relaciones de la formación con el delegado del Gobierno en Madrid, «limitando el contacto con la institución a los niveles técnicos imprescindibles para desarrollar aquellas cuestiones fundamentales en materia de seguridad, que son necesarias para el bienestar de la población».

En la misiva, argumentan esta ruptura en el mensaje en redes sociales del delegado «culpando directamente a la presidenta Díaz Ayuso y su Gobierno del drama en las residencias de Madrid«. «Es un punto de no retorno que no vamos a pasar por alto. Es la gota que colma el vaso de la indecencia humana y política», subraya.

Además, defiende la gestión que hizo la Comunidad frente a la del Gobierno central, al que acusa de «desatender» las «llamadas a tomar medidas». En este sentido, señala que la gestión del Ejecutivo madrileño está «avalada por más de sesenta sentencias en los tribunales«. Para Serrano, el delegado del Gobierno en Madrid «representa lo peor de la política» y es «indigno del cargo que ostenta».

También el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha anunciado que «rompe relaciones institucionales» con el Grupo Socialista en el Ayuntamiento por las «declaraciones inaceptables, nauseabundas e indecentes» de la portavoz socialista en el Consistorio, Reyes Maroto, diciendo que hubo «7.291 asesinatos en las residencias de ancianos de la Comunidad de Madrid».

Precisamente por dichas declaraciones, la Comunidad de Madrid ha anunciado que se querellará contra Maroto, según ha anunciado el consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local, y portavoz del Gobierno regional, Miguel Ángel García.

Maroto ha matizado este viernes sus declaraciones, reconociendo que «no fueron las palabras más adecuadas». «No fue mi intención acusar a nadie de asesinato, algo que en cuyo caso corresponderá a la Justicia, sino destacar que estas personas fallecieron en las residencias madrileñas sin recibir tratamiento médico adecuado», ha expresado.

Génova respalda a Ayuso

Por su parte, la dirección nacional del PP ha respaldado a Ayuso y ha criticado también que desde el Gobierno y la izquierda se intente «utilizar el dolor» de las víctimas, algo que ha tachado de «obsceno».

En rueda de prensa, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha acusado a «la izquierda» de «estar utilizando a los fallecidos» de covid, y ha lamentado que se los quieran atribuir a la presidenta de la Comunidad de Madrid.

«Lo que se está haciendo es utilizar el dolor de mucha gente, y lo que hay que hacer es respetar el dolor de todos aquellos que perdieron a alguien y a todos los que perdieron la vida por la pandemia», ha señalado. Para Gamarra, «los ataques de la izquierda son impresentables».

En la misma línea se ha pronunciado el vicesecretario de Cultura y portavoz del PP, Borja Sémper, quien en declaraciones a Telecinco ha calificado como «obsceno» el intento de la izquierda de «echar sobre» Ayuso los muertos en las residencias durante la pandemia de la covid-19.