14 de marzo de 2025
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha acusado al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso de «priorizar la propaganda por encima del cuidado» y ha calificado su actuación durante la pandemia de covid-19 de «desleal» con el resto de comunidades autónomas, con los profesionales sanitarios y con el Estado.
«Aquí se priorizó hacer propaganda de una supuesta buena gestión, que luego no era tal, por encima de una buena gestión. Creo que Madrid fue desleal con el resto de comunidades autónomas, con la ciencia, con los profesionales y con el Estado», ha remarcado la también líder de Más Madrid en La Hora de La1, con motivo del quinto aniversario de la declaración del estado de alarma.
García ha lamentado que no se llevara a las personas mayores a Ifema Madrid, «una infraestructura que iba a maravillar al mundo», o que no se contactara con organizaciones no gubernamentales «que estaban deseosas de ayudar».
«De alguna manera, se les impidió el derecho al auxilio básico a los pacientes por vivir en un sitio, por ser mayores, por tener alguna discapacidad y por vivir en un sitio. ¿Por qué se ocultó? ¿Por qué se ha mentido tanto? ¿Por qué se han dado tantas versiones contradictorias?», ha lanzado.
La líder de Más Madrid ha afirmado que «claramente no» se han medicalizado las residencias de la región, ha cargado contra «el protocolo discriminatorio» y ha señalado que «todos aquellos mayores que tenían un seguro privado sí que fueron derivados».
«La realidad no se puede reescribir»
«Cuando la realidad es tan dura y plomiza, no se puede reescribir como la quiere reescribir ahora la señora Ayuso. Lo que queda es pedir responsabilidades, que por lo menos dejen de insultar, de agredir, de mentir y de llevar este modus operandi que se ha llevado siempre con las tragedias por parte del Partido Popular», ha subrayado la ministra de Sanidad.
García ha defendido «la propaganda que se instauró en Madrid funcionó» y que por esa razón la dirigente madrileña «ganó las elecciones» en mayo de 2021. Tras su victoria, la ministra ha asegurado que Ayuso «decidió eliminar todo rastro de la investigación o de la posible aclaración de lo que hubiera podido suceder y de las opciones que podía haber».
«Esto solo ocurrió en Madrid, no ocurrió en ninguna otra comunidad. Desde Más Madrid presentamos varias veces una comisión de investigación, pero fue cerrada. Para la Comunidad de Madrid y para la presidenta, es un agravio o retorcer el dolor que se den explicaciones», ha criticado.
14 de marzo de 2025
La directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Marina Pollán, ha asegurado en ‘Las Mañanas de RNE con Josep Cuní’ que ahora «estamos mejor preparados ante una nueva pandemia». La epidemióloga ha participado en el programa especial que se ha emitido por el aniversario de los 5 años de la pandemia, y ha contado su experiencia personal y profesional de 2020, una situación que «cambió su vida totalmente».
En 2020, Marina fue coordinadora científica del estudio nacional de seroprevalencia, desarrollado por el Instituto de Salud Carlos III. Este trabajo científico fue «crucial», ya que «puso sobre la mesa el mapa de difusión del nuevo virus», ha valorado ante los micrófonos de RNE.
Otro de los puntos en los que esta experta en salud pública ha incidido ha sido en el de la información, que también ha calificado como «crucial» en una emergencia sanitaria. «Nos reuníamos dos veces al día en el Centro Nacional de Epidemiología», ha recordado, y ha contado cómo «nos pusimos todos a una para recabar la información que llegaba a cuentagotas». «Al principio eran hojas Excel que se mandaban al Ministerio —de Sanidad— con el número de casos que se producían cada día, que no eran exactos, porque es muy difícil tener los datos consolidados en el mismo día en el que se está produciendo la infección», ha explicado.
Sin embargo, ellos tenían claro que en una pandemia «era importante difundir esa información», por lo que montaron un panel para desplegar todos los datos que iban teniendo, y poder empezar a componer el mosaico aún incompleto de la nueva enfermedad. «El recuerdo que tengo es de colaboración y de refuerzo entre todos los compañeros», ha dicho la directora del ISCIII.
Más fuertes ante el nuevo virus
Según Pollán, las ventajas de haber superado aquella pandemia son numerosas, y los ciudadanos ya no están tan indefensos ante el virus como lo estuvieron al principio. «El SARS-CoV-2 se ha adaptado a nosotros, tenemos vacunas […], hemos desarrollado conocimientos sobre aquellas variantes que hacen que las personas sean más susceptibles y conocemos su letalidad», ha enumerado, para afirmar que «el virus ha llegado para quedarse», e insistir en que hoy en día «estamos mejor preparados ante una nueva pandemia y tenemos más herramientas». Sobre las vacunas, que comenzaron a administrarse a finales de diciembre de 2020 entre la población española, esta especialista mantiene que «cambiaron la historia de la enfermedad».
Marina Pollán también se ha referido a la elevada mortalidad que produjo el virus, especialmente en los primeros meses de la pandemia. «Teníamos una herramienta de monitorización diaria de la mortalidad que se llama MoMo, y ahí reflejamos por primera vez el impacto de la pandemia en términos de muertes», ha manifestado, antes de recordar que «ese pico de exceso de mortalidad para mí fue la imagen tal vez más impactante en nuestro trabajo».
«El virus es un organismo vivo que se va adaptando a nosotros y va cambiando», ha recalcado finalmente la directora del ISCIII en los micrófonos de RNE, lo que obliga a «desarrollar también la vigilancia genómica de los virus», un trabajo de secuenciación que se lleva a cabo desde el Centro Nacional de Microbiología, donde se coordina la red de vigilancia genómica que está instaurada en todo el país.
14 de marzo de 2025
«Pensé que ya teníamos la salvación«, recuerda emocionada Carmen Carboné, la enfermera que administró la primera vacuna contra el covid en España, el mismo día que se cumplen cinco años del inicio del confinamiento por el covid.
Aquel 27 de diciembre de 2020 marcó un antes y un después en la lucha contra la pandemia, y Carboné aún rememora con intensidad ese momento. «Fue un momento muy emocionante, sobre todo cuando pusieron el vial en mis manos«, reconoce en una entrevista en La hora de la 1.
El acto de vacunación en la residencia de mayores Los Olmos de Guadalajara fue un símbolo de esperanza para toda España. «Sabíamos que iba a cambiar de alguna manera todo lo que habíamos vivido. Estaba transmitiendo una ilusión y una esperanza a toda España», afirma Carboné.
Araceli Hidalgo, primera vacunada en España
La emoción no solo embargó al personal sanitario, sino también a los residentes de Los Olmos. «Muchos lloraron de emoción. Cuando pasamos a la sala donde estaban todos, algunos dijeron: ‘Han venido nuestros ángeles a salvarnos ya‘», recuerda la enfermera.
Aquella jornada histórica comenzó con Araceli Hidalgo, la primera persona en recibir la vacuna en España. Esta granadina, que en ese momento tenía 96 años, recuerda con cariño aquel día. «Estaba nerviosa por todo el revuelo mediático, pero a la vez muy contenta. Confiaba en que el virus desaparecería y podría ver de nuevo a mi familia, a quienes echaba mucho de menos». Araceli tenía en aquel momento dos hijos, cuatro nietos y un bisnieto, y ansiaba reencontrarse con ellos tras meses de restricciones.
Tras la primera dosis, Mónica Tapias, una auxiliar de enfermería y la trabajadora más joven de la residencia, recibió la segunda inyección en España. Las imágenes de ambas se convirtieron en un símbolo de esperanza y recorrieron las portadas de los medios de comunicación.
14 de marzo de 2025
El ministro para la Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, ha lamentado este viernes que durante la primera ola de la pandemia por «una decisión política» no se derivó a los ancianos de las residencias de la Comunidad de Madrid a hospitales, salvo que tuvieran «seguro médico privado», algo que el que fuera consejero de Sanidad madrileño en aquella etapa, Enrique Ruiz Escudero, lo ha negado tajantemente.
«Es intolerable que en pleno siglo XXII, en una comunidad rica, como es Madrid, la vida o la muerte dependan de tener un seguro privado«, ha señalado en una entrevista en Las Mañanas de RNE, cuando se cumplen cinco años de la declaración del estado de alarma y un día después de la polémica desatada por las cifras de fallecidos en las residencias en el inicio de la pandemia a raíz de la emisión en RTVE del documental ‘7.291’.
El también líder del PSOE-M se ha referido así al llamado «protocolo de la vergüenza», que supuso la muerte de miles de mayores que vivían en residencia sin atención médica hospitalaria, y que decretó la Comunidad de Madrid en lo peor de la pandemia, una orden que ahora el Gobierno regional también niega que existiera.
Para López, ese protocolo fue consecuencia de la «apuesta sostenida en el tiempo por la derecha para generar negocio privado recortando los servicios públicos».
Insta a Ayuso a dimitir y «pedir perdón»
Por ello, ha instado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a «pedir perdón» a los familiares de los fallecidos en las residencias en la primera ola de la covid-19 y a «abandonar su puesto», porque considera que «es incompatible gobernar con esa falta de empatía».
Para el líder de los socialistas madrileños, las víctimas «merecen disculpas y que se asuman responsabilidades», pero no ser «perseguidas», como asegura que hace el Gobierno regional.
Escudero dice que es «rotundamente falso»
En otra entrevista, en La Hora de La 1, Ruiz Escudero ha negado que en los primeros meses de emergencia sanitaria se hicieran distinciones en residencias públicas respecto a los mayores que tenían o no seguro médico privado a la hora de recibir atención hospitalaria.
Escudero niega que se hicieran distinciones entre mayores con y sin seguro privado en residencias: «Es rotundamente falso»
El exconsejero de Sanidad ha asegurado que los protocolos que se siguieron respecto a la atención de los mayores en residencias fueron meramente «clínicos» y «avalados por criterios científicos»: «Peleamos por cada vida, en cada residencia y en cada lugar», ha defendido.
Ha negado así las acusaciones tanto del ministro López como del que fuera su compañero en el Ejecutivo de Ayuso, el exconsejero de Servicios Sociales Alberto Reyero, respecto a los «protocolos vergonzosos».
«Eso es rotundamente falso. Actuamos con un mando único de sanidad pública y sanidad privada y nunca se miraba en qué situación estaba ningún paciente, solo apremiaba la situación clínica», ha sentenciado Escudero.
Y carga contra el exconsejero de Política Social
Además, ha cargado duramente contra Reyero al asegurar que «se borró desde el primer momento de la pandemia» de la gestión del coronavirus y de actuar únicamente «para protegerse» durante todo ese tiempo. «No tuvo la decencia de llamarme ni una vez», ha proseguido.
Así, ha aseverado que fue la Consejería de Sanidad la que tuvo que «tomar las riendas» porque desde Servicios Sociales solo se comunicaron por teléfono y con «errores» en las cifras. «Hicimos 20 reuniones con la Consejería de Políticas Sociales y (Reyero) no acudió a ninguna. Fue una actitud nefasta y de dejación de funciones, solo se dedicó a protegerse», ha señalado.
Escudero ha defendido que la sanidad madrileña se multiplicó «por dos» a nivel hospitalario y «por tres» en cuanto a UCIs, se reforzó con IFEMA y con hoteles medicalizados y fue «un orgullo para Madrid». «Hicimos todo lo que pudimos hacer», ha continuado, y ha indicado que siempre se actuó con «transparencia» respecto a cada fallecimiento. Por otra parte, ha zanjado: «Pensar que un médico vaya a hacer algo en contra de lo que considera oportuno para cada paciente me parece perverso».
14 de marzo de 2025
Este viernes se cumplen cinco años de la declaración en España del estado de alarma por la pandemia de covid-19, el coronavirus que en cuestión de pocos meses se propagó por todo el mundo y que obligó a las autoridades a decretar un confinamiento. En el mundo del deporte, eso se tradujo en competiciones paralizadas, recintos vacíos y unos Juegos Olímpicos, los de Tokyo 2020, que se tuvieron que posponer un año.
Algunos eventos directamente se suspendieron, otros se aplazaron, se acortaron calendarios y competiciones regulares como LaLiga o la Champions sufrieron un parón seguida de una reanudación con estadios vacíos y el formato de competición alterado para poder otorgar los trofeos de campeón pertinentes. Se trataba de evitar un caos aún mayor, sobre todo económico en forma de quiebra.
[El coronavirus en el deporte, en RTVE Play]
De hecho, la economía de los clubes deportivos se vio muy afectada, en distintos niveles según el potencial de cada entidad. El Gobierno permitió a las empresas acogerse a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs), a los que tuvieron que recurrir clubes de la importancia del Atlético de Madrid o el FC Barcelona, aunque excluyendo a la primera plantilla de fútbol masculino.
NBA: del positivo de Gobert a la ‘burbuja’ de Orlando (y La Fonteta)
Empezamos por la liga estadounidense de baloncesto, la NBA, por ser el gran detonante a nivel deportivo. Y todo comenzó con un positivo, que se puede considerar el primero conocido de un deportista de alto nivel en todo el mundo: el francés Rudy Gobert. El por entonces jugador de los Utah Jazz, ahora en los Timberwolves, había hecho una broma de mal gusto en una rueda de prensa días atrás al fingir que echaba el aliento sobre los micrófonos y los tocaba. Era también señal de que el virus ya amenazaba desde meses atrás, no fue cosa de un día para otro.
Como tampoco lo fue la vuelta a la normalidad, ni mucho menos la vuelta a la competición. Tras semanas, que luego fueron meses, de confinamiento y de darle vueltas al cómo y dónde, la NBA decidió jugar en la conocida desde entonces ‘burbuja de Orlando’. Hasta julio no se reanudó la competición, jugándose primero ocho partidos de fase regular para determinar la clasificación a los playoff. Estos dieron comienzo en agosto y la gran final, el 30 de septiembre. Los Ángeles Lakers de LeBron James se proclamaron campeones al derrotar a Miami Heat el 11 de octubre en el sexto partido. En octubre suele comenzar la temporada regular, con lo que el calendario de la 2020-2021 ya venía alterado de antemano.
En España la ACB ideó un formato similar y eligió las instalaciones de Valencia, La Fonteta y L’Alquería, para finalizar la temporada con 12 equipos divididos en dos grupos de seis, unas semifinales y una final. La elección de la capital valenciana tuvo un componente emotivo por ser considerado uno de los focos de entrada del virus en España. El madridista Trey Tompkins fue el primer caso de un positivo por covid-19 en la liga española. En lo deportivo, la fase final disputada entre junio y julio terminó con la victoria en la final del Baskonia frente al Barça por un ajustado 67-65. Por cierto que las competiciones europeas, Euroliga y Eurocup, directamente se cancelaron.
Sin Juegos ni Eurocopa (ni Copa América) hasta 2021
Hemos destacado la NBA por ser la competición que nos dio el ‘paciente cero’ del mundo del deporte. Pero sin duda el impacto mayor fue el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de verano en Tokio. Tokyo 2020 se mantuvo como marca comercial a pesar de que se celebraron en 2021. Una decisión sin precedentes, puesto que sí se habían vivido cancelaciones con anterioridad por guerras.
Fueron muchas las presiones de las distintas federaciones deportivas sobre las autoridades de Japón y sobre el COI, que finalmente acabaron cediendo ante la evidencia un 24 de marzo. Pero no fueron los únicos eventos internacionales que aprovecharon el ‘hueco’ en 2021 para salvar la programación y evitar así mayores pérdidas. La Eurocopa de fútbol y la Copa América, organizadas por la UEFA y la CONMEBOL, también aprovecharon el verano siguiente. Esa decisión trastocó todo lo demás, puesto que la Eurocopa femenina que estaba prevista para 2021 se disputó en 2022, y así con todo.
Fuera ya de 2020 el virus siguió haciendo de las suyas y en el caso de la Eurocopa se vivió un momento particularmente agitado en España con el positivo de Sergio Busquets, capitán de la Roja, a escasos días de un partido amistoso contra Lituania y a ocho del debut en el torneo. La selección sub-21, entonces dirigida por Luis de la Fuente, acudió para cumplir el expediente con toda la absoluta en cuarentena. La selección española de Luis Enrique finalmente pudo disputar la Eurocopa y llegó hasta las semifinales. En América, la Argentina de Leo Messi se proclamó campeona frente a Brasil en Maracaná, añadiendo un nuevo capítulo a la maldición de la ‘canarinha’ con su estadio más emblemático. En ambos torneos se fueron abriendo las puertas de los estadios, limitando los aforos y con mascarillas. Un año después la normalidad todavía estaba lejos. Aunque la final europea entre Italia e Inglaterra fue vista en Wembley por más de 67.000 espectadores.
En versión más doméstica, la Copa del Rey de fútbol vivió también su aplazamiento cuando sólo quedaba la final por disputarse. Iban a jugarla Real Sociedad y Athletic Club de Bilbao, pero el desenlace de la temporada 2020 tendría que esperar a abril de 2021, dándose la curiosa circunstancia de que los vizcaínos se clasificaron también para la final de esa misma temporada, que jugarían contra el FC Barcelona. Un trofeo ansiado desde 1984 que tendría que esperar. En un abril de 2021 maldito para la historia del Athletic vieron esfumarse la final aplazada el día 3 frente a la Real (1-0) y el día 17 frente al Barça (0-4). La Cartuja de Sevilla fue el escenario en ambos casos y en los dos sin público.
La Champions League, foco del ‘paciente cero’ español
Aquella temporada 2019-2020 de la Champions League tuvo un antes y un después de la segunda semana de marzo, y no sólo por el cierre de los estadios. El Atlético de Madrid llegaba lanzado y eufórico después de haber consumado la eliminación del Liverpool, defensor del título, con una remontada espectacular en Anfield (2-3), culminada en la prórroga; fue un 11 de marzo. A la semana siguiente, que estaban previstos los encuentros de vuelta de otras eliminatorias, entre las que estaban el Barça y el Madrid, ya no hubo partidos. Estos tuvieron que esperar a que se reanudara la competición en agosto. Los azulgrana eliminaron al Nápoles en casa, sin público por supuesto, mientras que el Madrid cayó en el Eithad Stadium ante el Manchester City; el primero de los ‘derbis’ de Champions, como los ha definido recientemente Pep Guardiola.
Había un cuarto equipo español en aquella edición, que era el Valencia. Al cuadro ché le tocó el Atalanta de Bérgamo, jugándose la ida en Italia a finales de febrero. Pero ya entonces se tuvo que disputar el partido en San Siro, en Milán, por las restricciones en la región de Lombardía. Italia se convirtió en el principal foco en Europa y de aquel partido volvió a España nuestro particular ‘paciente cero’, el periodista Enrique Mateu, que fue a cubrir el mismo. Y todavía estábamos en febrero. En lo deportivo, el Atalanta eliminó al Valencia con 8-2 de global e idéntico resultado en cada partido. La vuelta en Mestalla se jugó un 10 de marzo, ya sin público, pero aquella eliminatoria está en el foco por las sospechas de contagios masivos. Tampoco se libró de las sospechas el Liverpool – Atlético mencionado antes.
La UEFA decidió que primero se completaran las eliminatorias de octavos y después los cuartos se jugaran a partido único en Portugal, repartidos entre el Estadio da Luz y el José Alvalade. El Leipzig alemán derrotó al Atlético por 2-1, mientras que en el Estadio da Luz… la misma se le apagó al Barça al recibir un 2-8 del Bayern Múnich, a la postre campeón. Los bávaros vencieron en la final a un PSG que llegaba como gran favorito comandado por Neymar y con un joven Kylian Mbappé empezando a asombrar a Europa y al Mundo.
LaLiga: remontada del Madrid en confinamiento; Atleti, campeón en la nueva normalidad
Dentro del aluvión de parones y aplazamientos, el de la liga española de fútbol tuvo un ‘aperitivo’ de cómo sería la reanudación con el partido Eibar – Real Sociedad. Este encuentro iba a jugarse en un primer momento en febrero, pero los gases contaminantes por el incendio del vertedero de Zaldibar obligaron a aplazarlo al 10 de marzo. A cuatro días de decretarse el confinamiento, Ipurua se quedó vacío por precaución y como aviso de lo que llegaría después. Dos días antes se había cerrado la jornada 27 con la derrota del Real Madrid en casa del Real Betis (2-1), cediendo el liderato los blancos al Barça.
Los pupilos entonces de Zinedine Zidane habían logrado tan sólo dos victorias en diez partidos. Llegó el parón y llegó la reanudación con once jornadas a disputarse entre junio y julio, en las que los blancos hicieron una remontada ganando diez de aquellos partidos ante asientos vacíos. El sonido de aquellos duelos escuchando de forma nítida el golpeo del balón y los gritos de los jugadores fue la imagen de aquella temporada. Por cierto, que el partido elegido por LaLiga para la reanudación fue un derbi Sevilla – Betis, 11 de junio de 2020.
Pero sin apenas descanso comenzó la temporada siguiente, la 2020-2021, y empezó la llamada nueva normalidad también para el deporte; y el fútbol no era ajeno. Los aficionados ya nos acostumbramos en la anterior a oír hablar en las previas sobre los tests PCR y los equipos cruzaban los dedos para que no saliera algún positivo. Un foco de contagio podía llegar a provocar la suspensión de partidos. Los estadios siguieron vacíos hasta bien entrado 2021 y el Atlético de Madrid, campeón de liga esa temporada, tuvo que celebrar sin público el alirón en el Nuevo Zorrilla de Valladolid. La paradoja fue que un buen número de aficionados se trasladaron a Pucela para animar al Atleti a su llegada y celebrar el triunfo después… sin distancia de seguridad.
Una temporada atípica en tenis; un campeón excepcional
La temporada 2020 en tenis se acortó por la pandemia. El Open de Australia se pudo jugar al ser en enero y pudimos ver coronarse de nuevo a un Novak Djokovic que se mostraba intratable, mientras que en el cuadro femenino la española Garbiñe Muguruza rozó la gloria pero se la acabó arrebatando en la final una por entonces desconocida Sofia Kenin. Llegaron las cancelaciones, entre ellas las de Wimbledon, pero los otros dos Grand Slam siguieron adelante. También se vieron afectados Masters 1000 como el de Indian Wells o el Mutua Madrid Open. La Copa Davis, que en 2019 había estrenado el formato ideado por el Grupo Kosmos de Gerard Piqué -y con triunfo final de España- también optó por el aplazamiento.
Los otros dos Grand Slam siguieron adelante con todas las restricciones posibles y sin público. El US Open, en Nueva York, siguió el ejemplo de la NBA y organizó su propia ‘burbuja’. Djokovic parecía incontestable en esa corta temporada, pero se encontró en Flushing Meadows con su peor versión de sí mismo y fue descalificado en octavos de final por dar un pelotazo a una juez de línea. De nada le valieron las disculpas al serbio, más que para limpiar su imagen. El gran beneficiado fue el español Pablo Carreño, que avanzó a cuartos y luego a semifinales tras derrotar a Shapovalov. En semifinales acabaría siendo vencido por Alexander Zverev, quien a su vez no pudo en la final con Dominic Thiem. El austriaco se quitaba así la ‘espina’ de Melbourne contra ‘Nole’.
Por su parte, un Rafa Nadal muy concienciado con la pandemia decidió no desplazarse a Nueva York y se centró en Roland Garros, que había movido sus fechas de las habituales en primavera a octubre. El Abierto de Roma también movió sus fechas e hizo de antesala al Grand Slam por excelencia de la tierra batida. En semifinales el argentino Diego Schwartzman puso en evidencia la falta de ritmo competitivo de Rafa y le impidió el paso. Djokovic se alzaría con el triunfo final. El ‘Peque’ en semifinales y ‘Nole’ en la final volvería a ser el cuadro en París, pero esta vez ambos se toparon con un gigante, que es en lo que se convertía por entonces Nadal cuando le tocaba defender la Copa de los Mosqueteros. Supuso su Grand Slam número 20, igualando a Federer.
Dentro de lo atípico de la temporada cabe destacar el torneo veraniego organizado por la RFET a instancias de Feliciano López, en lo que supuso el regreso a las pistas de algunos tenistas españoles. Una primera toma de contacto aunque sin público. En el lado negativo, el torneo denominado Adria Tour, con público y fiesta final incluidas, organizado por Djokovic. Las críticas llovieron al anunciarse positivos por covid-19 empezando por Grigor Dimitrov y siguiendo por el propio ‘Nole’ y su entrenador, Goran Ivanisevic. Al año siguiente el serbio seguiría dando la nota en lo que al virus se refiere por mostrarse reacio a vacunarse, lo que le hizo perderse varios torneos.
Otra noticia negativa, esta ajena al coronavirus, fue el anuncio de Carla Suárez de que padecía linfoma de Hodgkin, que afortunadamente acabaría superando. Se quedó en un susto.
Ciclismo: un tal Pogaçar surge en medio del caos
La temporada 2020 del panorama ciclista fue igual de atípica que en otros deportes, con la salvedad de que fue el primero en el que se vio algo de público en las cunetas, desafiando las restricciones. Y eso que las había. Como pasó en otros deportes hubo pruebas canceladas, como la Volta a Catalunya y la Itzulia-Vuelta al País Vasco en España. Otras, como las tres grandes vueltas, movieron su calendario. El parón duró desde marzo hasta agosto, con la Strade Bianche el mismo día 1, que ganó el belga Wout Van Aert.
De las tres grandes la primera en empezar fue el Tour de Francia, antes que el Giro. La ronda gala fue de finales de agosto al 20 de septiembre, la única que aguantó en pleno verano. Dentro de lo atípico, la carrera coronó a un ciclista esloveno por entonces algo desconocido, pero que más tarde daría que hablar: un tal Tadej Pogaçar; ¿les va sonando? Ese año venía de hacer un tercer puesto en la Lieja-Bastoña-Lieja y un cuarto en el Critèrium Dauphiné, que sí se llegaron a disputar. Había nacido una estrella. Primoz Roglic, que nos sonaba un poco más por la Vuelta 2019, se quedó con la miel en los labios.
El Giro de Italia, disputado entre el 3 y el 25 de octubre, lo acabó ganando el británico Tao Geoghegan Hart. Pero cabe más destacar que la nueva normalidad trajo ya desde el Tour el ‘salseo’ de los tests PCR previos a las etapas. Como ya hemos visto en el caso del fútbol, un foco podía dar al traste con los intereses de todo un equipo y dentro de los protocolos estaban previstas las cancelaciones. Por otro lado, el cambio de calendario motivó que las etapas de alta montaña se convirtieran en un auténtico calvario para los ciclistas por las bajas temperaturas de la época.
Una situación que se agravó en la Vuelta a España, disputada entre el 20 de octubre y el 8 de noviembre. El esloveno Primoz Roglic reeditó el triunfo en la general, dejando grandes etapas como la ascensión a La Covatilla y a los Lagos de Covadonga, desafiando a sus rivales y al frío. Fue la última de las tres grandes y casi la última prueba ciclista, de no ser por la Clásica Brujas-La Panne. La París-Roubaix (Francia) y el Tour de Guanxi (China), que iban a ser posteriores, fueron cancelados.
Motor: Joan Mir, el último de Suzuki en MotoGP; el séptimo de Hamilton en F1
Decir que las temporadas de los mundiales de motor fueron atípicas a estas alturas es ya una reiteración absurda. Baste señalar que en los de motociclismo se cancelaron todos los grandes premios que se disputaban fuera de Europa y para compensar en Jerez se celebraron dos seguidos. También en F1 hubo varios circuitos que hicieron ‘doblete’, como el de Austria o SIlverstone, en Reino Unido. Se trataba de salvar la temporada como fuera para evitar lo que habría sido una ruina económica. El calendario se acortó, lo que contrasta con la situación actual en que se jactan de los mundiales más largos de la historia.
En lo deportivo, la Fórmula 1 vivió un hito con el séptimo Mundial de Lewis Hamilton, entonces en Mercedes, igualando a Michael Schumacher. En MotoGP se coronó el español Joan Mir montando una Suzuki, en lo que sería el último gran éxito de la marca japonesa en la máxima categoría. Actualmente ya no hay ‘suzukis’ rodando por los circuitos de MotoGP. En Moto2 se llevó el título el italiano Enea Bastianini, ‘La Bestia’, y en Moto3 un colombiano originario de Madrid, David Alonso. En el Mundial de Superbike se llevaría el título de calle el británico John Rea, el que sería el sexto y último de su palmarés hasta la fecha.
El 4 de junio de 2021, en el Circuit de Catalunya-Montmeló (Barcelona) el público por fin volvió a las gradas para un gran premio de motociclismo. Era el ruido que le faltaba a las carreras. En la F1 se abrió algo antes, ya en 2020, porque algunas autoridades lo permitieron como el GP de Sochi en Rusia.
Epílogo: un virus que llegó para quedarse y cambiarlo todo
El covid-19 no se fue tal como vino. Ya hemos visto que sus efectos se dejaron notar hasta 2021, pero también en 2022. Los protocolos sanitarios en el deporte de primer nivel hicieron que nos acostumbráramos a los tests PCR previos a las competiciones y el anuncio de una baja por positivo nos empezó a sonar igual que una lesión entre los deportistas. El público volvió a los recintos de manera gradual y no de manera uniforme en los distintos deportes. No es lo mismo una grada a cielo abierto que un pabellón cerrado. El caso más llamativo sin duda fue el de los Juegos Olímpicos de Tokio, celebrados sin público. Ver las gradas llenas en los recientes de París 2024 sí que ha sido una imagen de vuelta a la normalidad.
También se hicieron notar las consecuencias económicas. La pandemia dejó tocados a no pocos clubes deportivos. Ya hemos visto que el Barça fue uno de los primeros de nuestro fútbol en acogerse a un ERTE. El club azulgrana fue el más sacudido de las grandes ligas en lo que a pérdidas se refiere, consecuencias que aún viene sufriendo y condicionan su política de fichajes. Pero al menos ahí sigue, otros no pueden decir lo mismo. En Inglaterra el Wigan Athletic o en Italia el Chievo Verona anunciaron su bancarrota y actualmente militan en ligas muy inferiores. Hay otros ejemplos menos llamativos para el aficionado español como el MSK Zilina eslovaco, pero más cercano es el caso del Reus, que ya arrastraba problemas financieros y la pandemia acabó por fulminar sus esperanzas de revitalizar su maltrecha economía. Su plaza fue adquirida por el Andorra, propiedad de Gerard Piqué.
Por no hablar de las secuelas físicas por covid persistente; y si no que se lo pregunten a la marchadora española Laura García-Caro. El covid-19 hace mella en el ánimo de los atletas, también a la hora de rebelarse. La obligatoriedad de las vacunas convirtió en héroes para los negacionistas a estrellas de la talla de Djokovic, ya mencionado, o a Kyrie Irving, jugador de la NBA. Ambos se hicieron tristemente famosos por su negativa a vacunarse y al serbio le costó perderse algún Grand Slam. Eso no le ha impedido después convertirse en el más grande de la historia.
Son muestras de que la pandemia sigue aún muy presente cinco años después. Con más o menos fuerza según el potencial de cada actor, el deporte supo contener los efectos de la pandemia y reinventarse hasta poder volver a su vida anterior. Pero ya nada volverá a ser como antes de aquel 14 de marzo, ni en la vida ni en el deporte.