Sanidad amplía la cuarta dosis de la vacuna contra la COVID-19 a todos los menores de 60 años que la pidan

La Comisión de Salud Pública ha acordado ampliar la cuarta dosis de la vacuna contra el coronavirus a todas las personas menores de 60 años sin factores de riesgo que lo soliciten, al considerar que no existe «contraindicación». 

En su reunión de este jueves, los técnicos del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han aprobado recomendar la vacuna pediátrica para niños menores de 5 años (de 6 a 59 meses) que tengan condiciones de riesgo, según ha informado el departamento que dirige Carolina Darias. 

La Comisión ha reiterado el llamamiento a las personas para completar su vacunación o inmunizarse por primera vez si no han recibido ninguna dosis contra la COVID-19. Asimismo, incide en recomendar la cuarta dosis, especialmente, para los grupos vulnerables a la enfermedad grave: mayores de 60 años, personas residentes de centros de mayores, personal sanitario y menores de 60 años con factores de riesgo e inmunosupresión.

Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, la mitad de los mayores de 60 años se han vacunado con una cuarta dosis contra el coronavirus, mientras apenas el 55% de la población ha recibido el tercer pinchazo. 

La hostelería, optimista al colgar el cartel de ‘completo’ con las cenas de Navidad: «Vuelven con fuerza y energía»

«Es una alegría poder volver a estas celebraciones y desde hace semanas ya tenemos un amplio volumen de cenas». Así afrontan estas fiestas en Tierra Astur, un grupo de sidrerías asturiano donde sus reservas rozan el completo de cara al próximo fin de semana. Lo mismo sucede en el restaurante madrileño Mercado de la Reina, donde aseguran que sus reservas han subido este año un 70% y, además, señalan que las cenas han empezado antes que otros años.

Después de dos de fiestas navideñas marcadas por las restricciones de la pandemia, las cenas de Navidad vuelven con ímpetu y los restaurantes perciben que la población tiene ganas de celebrar y reunirse de nuevo en grandes grupos. De hecho, en Mercado de la Reina los clientes se han anticipado más que otros años. «Hay gente que ha adelantado su cena de Navidad por lo que pueda pasar», indica su responsable de comunicación.

Casi el 80% de los 7.500 restaurantes madrileños ya había servido sus primeras cenas de empresa en noviembre, según el último estudio sobre comidas y cenas navideñas de la Asociación Madrileña de Empresas de Restauración (AMER). En el caso de Navarra, los restaurantes ya han alcanzado el 100% de ocupación para el fin de semana del 15 al 17 de diciembre, según la Asociación de Hostelería y Turismo de esta comunidad. Así, a pesar de la inflación, el consumo parece mantener su impulso en estas fechas.

Sin embargo, aunque los restaurantes de Madrid esperan facturar casi un 6% más que en 2019, antes del coronavirus, el sector en general se muestra cauteloso y está pendiente de lo que pueda ocurrir a partir del comienzo de 2023. «Vamos a ir viendo con qué ánimo sale la gente de estas fiestas, pero estamos preocupados por enero y febrero y cómo estarán los precios», señala el director de comunicación de Tierra Astur.

En Navarra, los restaurantes han alcanzado el 100% de ocupación de cara a las cenas celebradas en el fin de semana del 16 y 17 de diciembre, una semana antes de Navidad, según la Asociación de Hostelería y Turismo de esta comunidad

Vuelven «con fuerza y energía» y una mayor antelación

«Sin duda, las cenas han vuelto y lo han hecho con fuerza y energía», nos cuenta José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España. Se muestran optimistas porque notan que también vuelven otro tipo de celebraciones que ya se estaban popularizando desde hace un par de años: «No solo son las cenas de compañeros de empresa, sino también las de amigos o compañeros de gimnasio».

Este impulso también lo han notado en Mercado de la Reina, situado en el centro de Madrid. “Las reservas han aumentado entre un 70% y un 80% respecto al año pasado”, explica a RTVE.es Raúl Gómez Carmona, socio y responsable de comunicación de este restaurante. Para él, hay matices que han acentuado este impulso, como el hecho de que muchos clientes han reservado con mayor antelación: «Nuestros grupos de Navidad ya comenzaron la semana del 10 de noviembre».

«Ya no hay restricciones y viene gente pidiendo mesas de 45 o 60 personas»

Además, percibe que hay ganas de celebrar grandes cenas después de dos años con fiestas marcadas por la pandemia: «Ya no hay restricciones y viene gente pidiendo mesas de 45 o 60 personas. De hecho, tenemos grupos que repiten y hacen dos cenas, una en noviembre y otra en diciembre». Como nos explican, los días fuertes comienzan a la vuelta del puente de la Constitución y duran hasta Nochevieja, un periodo en el que ya tienen todo reservado: «Desde el 10 de noviembre hasta el 21 de diciembre vamos a estar completos, no tenemos mesas libres».

Según el último Estudio de Perspectivas Económicas sobre las Comidas/Cenas de Empresa Navideñas de AMER, para el 61,7% de los restaurantes madrileños las comidas y cenas de empresa en Navidad empiezan en la última semana de noviembre. El menú medio está entre 30 y 50 euros y, además, en el caso de Madrid, las reservas de empresas y grupos se realizan con una antelación media de 25 días.

«Tenemos más reservas que el año pasado y estamos un poco sorprendidos porque pensábamos que la inestabilidad económica iba a lastrar el consumo familiar en Madrid, pero vemos que se está manteniendo, lo que es una gran noticia», señala a RTVE.es Juan José Blardony, director general de la asociación Hostelería de Madrid, que recuerda que los ciudadanos dedican uno de cada tres euros de su renta disponible a su sector, según sus datos.

Tal y como nos detalla, en la ciudad de Madrid hay 19.500 establecimientos, una cifra que alcanza los 30.000 si se tiene en cuenta toda la comunidad. En una encuesta reciente realizada por esta asociación, tres de cada cuatro empresas cree que la campaña navideña este año va a ser buena o muy buena y prevén que su facturación aumente entre un 5% y un 15%. En el caso concreto de Madrid, además, estará impulsada por la llegada de turistas.

Optimismo generalizado, pero preocupación por la cuesta de enero

Esta tendencia también se aprecia en otros restaurantes del país. «Este año está siendo una alegría poder volver a contar con estas celebraciones», cuenta Juan Carlos Martínez, director de comunicación de Tierra Astur, un grupo de sidrerías asturiano. Además, ven que hay clientes que se suman a última hora. «Este año, te dicen que van a ser 50 y acaban siendo 70 personas». Este grupo tiene varios locales en centro de Asturias, Avilés, Gijón y Oviedo y organiza cenas muy centradas en la gastronomía local y para grupos desde 10 hasta 250 personas.

En su caso, estas son fechas en las que alternan cenas de empresa, de amigos y familiares, y se produce un retorno de la población asturiana, sobre todo desde Navidad a Fin de Año. «El fin de semana del 15 al 17 de diciembre lo tenemos lleno, salvo mesas pequeñas de 10 y 15 personas», nos cuenta Martínez.

No obstante, también recuerda que este año diciembre se estrecha por cómo está distribuido el calendario. El puente de la Constitución, Navidad y Nochevieja coinciden con sábados, un día que suele ser el más potente de la semana y que este año, por ser festivos, no los trabajan y pierden esa recaudación. «No sabemos cuál será la venta final de diciembre porque al desaparecer estos sábados de facturación es posible que no lleguemos a cifras de 2019», señala el presidente de Hostelería de España.

«Estamos preocupados porque enero y febrero son siempre meses malos y creemos que este año van a ser bastante peores porque el bolsillo de los clientes ya está muy afectado»

Además, aunque tienen el foco puesto en diciembre, están pendientes de cómo será la cuesta de enero de 2023. «Estamos preocupados porque enero y febrero son siempre meses malos y creemos que este año van a ser bastante peores porque el bolsillo de los clientes ya está muy afectado», confiesa el director de comunicación de Tierra Astur.

Una subida de precios «razonable» ante la inflación

Diciembre es un mes clave para la hostelería y, a pesar del encarecimiento de la vida, muchos locales se muestran sorprendidos por el hecho de que no está lastrando el consumo. Desde el sector admiten que han tenido que subir los precios de su carta como consecuencia del encarecimiento de alimentos y energía, pero dicen que lo han hecho «lo mínimo posible» para que no lastre la demanda.

«Hemos subido un euro el menú y hemos sido sensibles al bolsillo de nuestro cliente, que también ha notado un incremento de precios en otros aspectos»

Uno de ellos es Mercado de la Reina, donde su responsable de comunicación asegura que «hemos subido un euro el menú y hemos sido sensibles al bolsillo de nuestro cliente, que también ha notado un incremento de precios en otros aspectos». También han incrementado ligeramente los precios en Tierra Astur, donde reconocen que «estamos muy contentos por la acogida, pero muy cautelosos a la hora de tocar precios».

Según el director general de Hostelería Madrid, el sector ha intentado «aguantar» mientras la inflación ha alcanzado el doble dígito en meses como agosto, cuando llegó al 10,5%. Entretanto, «la hostelería ha tenido una subida de precios moderada alrededor del 5%», explica, pero actualmente, con el IPC en el 6,8% (según el dato adelantado del INE para noviembre), ambos incrementos están más alineados. Además, recuerda que los clientes hacen las reservas sabiendo lo que van a gastar y que «la cena de Navidad tiene un ticket que no es el del menú diario y ronda entre 30 y 50 euros aproximadamente».

En este contexto, entre el optimismo y la incertidumbre, el sector está enfocado en las ventas de diciembre, pero también mira de reojo a cómo será la inauguración de 2023 desde el punto de vista del consumo. «Ahí es donde tenemos puesto ahora el ojo», señala el director de comunicación de Tierra Astur, «y vamos a ver cómo se desarrollan las cosas en los próximos meses».

Vacunas, tests y restricciones por COVID-19 para viajar a Europa: ¿están en vigor estas Navidades?

Estas Navidades serán las primeras sin ningún tipo de restricción de movimiento desde la pandemia de coronavirus. Ha vuelto el turismo de invierno y, con las fiestas y vacaciones, también volverán los reencuentros para terminar el año de 2022.

Gracias a la vacunación contra el COVID-19, todos los países de la Unión Europea han podido levantar sus restricciones y requisitos de entrada. Recopilamos país por país los detalles y el estado de las medidas, si viajas dentro del espacio Schengen o llegas desde el resto del mundo. 

Alemania

Alemania no exige mostrar un certificado de vacunación o recuperación del COVID-19 ni una prueba negativa, ni a viajeros de la Unión Europea ni a quienes aterrizan desde otros países del mundo. 

Actualmente, solo existe una restricción: los viajeros que residan en China deben argumentar una «razón importante» para entrar en territorio alemán. Si pueden justificarlo, tampoco se les requerirá prueba de vacunación, recuperación o test. Además, se contemplan excepciones a esta medida para residentes y ciudadanos de Alemania y del Espacio Económico Europeo y sus familiares cercanos, entre otros.

Austria

Austria ha levantado todas las restricciones de entrada por la COVID-19. Por ello, independientemente del origen del viaje, los pasajeros pueden entrar al país sin mostrar un certificado de vacunación, de recuperación del COVID-19 o un resultado negativo en las pruebas del coronavirus.

El Gobierno austriaco se reserva la posibilidad de activar estas medidas para países o zonas con un alto riesgo epidemiológico, pero actualmente no figura ningún territorio en esa lista. 

Bélgica

Los viajeros, desde dentro y fuera del espacio Schengen, ya pueden entrar en Bélgica sin restricciones por COVID-19. El Gobierno belga ha levantado todas las exigencias de certificados de vacunación, recuperación o pruebas del coronavirus. Como en Austria o Alemania, se establece una lista de países considerados de «riesgo», pero ahora no se incluye a ningún territorio. 

Bulgaria

Bulgaria ha eliminado todas las restricciones a viajeros por la pandemia y, por lo tanto, ya no es necesario presentar certificados de vacunación o recuperación ni resultados negativos en las pruebas de la enfermedad. Esto se aplica del mismo modo a viajeros de la Unión Europea como del resto del mundo.

Chipre

Si tu destino es Chipre, no tendrá que presentar ningún certificado de vacunación, de recuperación de COVID-19 o de resultados negativos en las pruebas, sin importar si viaja desde Europa, América, Asia u Oceanía. 

Croacia

Los viajeros a Croacia no están obligados a estar vacunados o presentar un documento que demuestre la recuperación del COVID-19 o una prueba negativa de COVID-19 al haberse levantado todas las restricciones de entrada al país por la pandemia. Tampoco tendrán que rellenar un formulario de entrada al país ni tendrán que guardar cuarentena.

Dinamarca

Quienes viajen a Dinamarca no deberán que presentar un certificado de vacunación o recuperación ni el resultado negativo en un test de coronavirus, independientemente del origen del trayecto. Tampoco tendrán que rellenar un formulario de entrada al país ni tendrán que guardar cuarentena.

Eslovaquia

Ya se han levantado todas las medidas de entrada en Eslovaquia por la pandemia de coronavirus. Los viajeros, desde dentro o fuera de la Unión Europea, no están obligados a presentar una prueba de vacunación, de recuperación de la COVID-19 o un resultado negativo en las pruebas.

Eslovenia

Eslovenia ha dejado efecto todas las restricciones de viaje por la pandemia de coronavirus y ya no exige cuarentenas ni certificados de vacunación, recuperación o pruebas negativas para entrar al país.

Estonia

Las autoridades estonias han levantado todas las medidas de control de entrada al país. Por lo tanto, todos los viajeros pueden entrar sin certificado de vacunación, recuperación o prueba de COVID-19, independientemente del país de origen.

Finlandia

Finlandia no aplica ninguna medida de control del COVID-19 a los viajeros que lleguen a su territorio desde cualquier parte del mundo.

Francia

Francia ya no requiere certificado de vacunación o recuperación de la COVID-19 ni resultados negativos en las pruebas del coronavirus para entrar en su territorio. El Gobierno francés ha eliminado todos los requisitos por la pandemia para viajeros de dentro y fuera de la UE. 

Grecia

Ya no existen restricciones COVID-19 a los viajes a Grecia, desde la Unión Europea o países de fuera del espacio comunitario, por lo tanto, los viajeros no tienen que presentar un certificado de vacunación, de recuperación del COVID-19 o un resultado negativo en las pruebas del coronavirus.

Hungría

Hungría ha eliminado todas las restricciones a viajeros por la pandemia y, en consecuencia, ya no es necesario presentar certificados de vacunación o recuperación ni resultados negativos en las pruebas de la enfermedad. Esto se aplica del mismo modo a viajeros de la Unión Europea como del resto del mundo.

Irlanda

Irlanda ha eliminado todas las condiciones de entrada al país por la pandemia. Por ello, no se seguirá pidiendo el certificado de vacunación o recuperación de la COVID-19 ni resultados negativos en las pruebas del virus.

Islandia

Se puede viajar a Islandia sin aportar un certificado de vacunación, recuperación o pruebas de COVID-19. El país, que no forma parte de la UE, pero sí del espacio Schengen, ha levantado todas las restricciones de entrada por la pandemia.

Italia

Quienes viajen a Italia desde la Unión Europea o el resto del mundo ya no tienen preocuparse por su certificado de vacunación, recuperación o el resultado negativo de una prueba PCR realizada en las últimas horas. El país levantó todas sus restricciones antes del verano de 2022.

Letonia

Letonia no exige certificados de vacunación o recuperación ni resultado negativo en las pruebas de COVID-19 para entrar por vía aérea desde cualquier otro país.

Lituania

Para viajar a Lituania ya no es necesario mostrar un certificado de vacunación o recuperación del COVID-19 ni una prueba negativa. Todas las medidas se han levantado tanto para viajeros de los Veintisiete como para extracomunitarios.

Luxemburgo

Luxemburgo ya no somete a los viajeros a controles especiales por el COVID-19, independientemente del país del que procedan. Las autoridades del país ha levantado finalmente los requisitos de prueba de vacunación, recuperación o enfermedad.

Malta

Malta ha levantado todas sus restricciones de entrada. Así, en sus puertos y aeropuertos ya no hay que mostrar un certificado de vacunación o recuperación ni un resultado negativo en las pruebas de COVID-19. Tampoco es necesario guardar cuarentenas. 

Noruega

Noruega, que pertenece al espacio Schengen, no exige certificado de vacunación completa, recuperación o prueba negativa de COVID-19 para entrar en su territorio desde cualquier país del mundo.

Países Bajos

Viajar a Países Bajos ya no implica tener que estar vacunado o mostrar un certificado de recuperación o prueba negativa. Las autoridades neerlandesas han levantado todas las restricciones a los viajeros, sea cual sea el país de origen. 

Polonia

Polonia ha levantado los controles de entrada para prevenir contagios de coronavirus. Por ello, ya no se exige a los viajeros autorizados, llegados desde cualquier lugar del mundo, que presenten una prueba de vacunación, de recuperación de COVID-19 o un resultado negativo en las pruebas.

Portugal

Los viajes a Portugal ya no implican certificados COVID de vacuna, recuperación o prueba negativa. Los pasajeros, independientemente de su procedencia, tampoco tendrán que rellenar un formulario de entrada al país ni tendrán que guardar cuarentena.

República Checa

República Checa ha suprimido todas las restricciones a viajeros por el COVID-19. De este modo, ya no es necesario mostrar certificados de vacunación o recuperación ni resultados negativos en las pruebas de la enfermedad para entrar en el país. Esto se aplica del mismo modo a viajeros de la Unión Europea como del resto del mundo.

Rumanía

Los viajeros a Rumanía no tienen que presentar ningún documento de vacunación o recuperación prueba negativa de COVID-19, independientemente de si llegan desde la Unión Europea o del resto del mundo.

Suecia

Si viajas a Suecia, no tendrá que presentar ningún certificado de vacunación, de recuperación de COVID-19 o de resultados negativos en las pruebas, independientemente del origen. El Gobierno sueco ya ha suprimido todas las restricciones de entrada por la pandemia. 

China empieza a rebajar su política de ‘COVID cero’ y permitirá la cuarentena en casa de algunos contagiados

China permitirá a algunos infectados asintomáticos y con cuadros leves de COVID «que cumplan ciertas condiciones» aislarse en sus hogares en lugar de ser recluidos en hospitales y centros de aislamiento, como sucedía desde hace casi tres años, según la televisión estatal CCTV.

La novedad forma parte de una nueva serie de medidas anunciadas por el Consejo de Estado (Ejecutivo chino) entre las que también figura la reducción de la frecuencia de las pruebas PCR a la población, entre otras decisiones que suponen un paso más en la relajación de la dura política COVID cero vigente desde que comenzó la pandemia.

A excepción de hospitales, residencias de ancianos y escuelas, no será necesario mostrar una prueba PCR para acceder a lugares públicos, un requisito que ha permanecido vigente en los últimos meses en el país asiático y que ya algunas ciudades habían comenzado a relajar en las últimas fechas tras registrar protestas.

Las pruebas de ácido nucleico a las que los residentes urbanos debían someterse varias veces por semana eran uno de los aspectos más controvertidos de los antiguos protocolos junto con el aislamiento de todos los infectados y sus contactos cercanos, a veces en centros de cuarentena con malas condiciones de salubridad.

Prohibido obstaculizar puertas

Entre las nuevas medidas destaca también la prohibición de «obstaculizar puertas», una práctica que ha sido común estos años en China en edificios con contagiados y que ha causado protestas por los peligros que entraña.

A finales de noviembre, la muerte de diez personas en un incendio de un edificio residencial en Urumqi fue achacada a un supuesto bloqueo de las vías de escape. Aunque las autoridades lo desmintieron, la indignación desató una ola de protestas que se extendió por todo el país.

Según los nuevos protocolos, la detección de un caso positivo en un hogar no podrá desembocar en el confinamiento de todo el edificio, vecindario o barrio, sino que quedará delimitado a la vivienda afectada.

El Consejo de Estado enfatiza la necesidad de «acelerar la vacunación de los mayores«, pidiendo a las localidades que aumenten la tasa de inmunización entre los ancianos, uno de los colectivos más vulnerables pero también uno de los más reticentes a vacunarse en el país asiático.

El nuevo paquete de directrices estipula además que las clases serán presenciales a no ser que se detecten casos en la escuela y que las cantinas y los centros deportivos de las instituciones educativas han de funcionar con normalidad.

Menor riesgo con ómicron

En los últimos días, la prensa oficial había comenzado a minimizar el riesgo de la variante ómicron a través de numerosos artículos y entrevistas a expertos, un giro de argumento que acompaña a la relajación relativa de alguna de las medidas más estrictas de la política de COVID cero, vigente desde hace casi tres años.

Las autoridades ya habían afirmado que se dan las «condiciones» para que el China «ajuste» sus medidas en esta «nueva situación» en la que el virus provoca menos muertes.

El Gobierno defiende que ha salvado millones de vidas mediante su política de COVID cero, que ha consistido hasta ahora en el aislamiento de todos los contagiados y sus contactos cercanos, estrictos controles fronterizos, confinamientos parciales o totales en los lugares donde se detectan casos y pruebas PCR constantes a la población urbana.

Pekín deja de exigir pruebas negativas de COVID para entrar en oficinas y supermercados tras las protestas

Pekín se suma a las ciudades que están relajando su dura política de «cero COVID» al dejar de exigir una prueba negativa para entrar en supermercados y oficinas o para disfrutar del aire libre en los parques después de las protestas del pasado mes. «Pekín se prepara para la vida de nuevo», rezaba un titular del periódico gubernamental China Daily, según informa Reuters.

Desde este martes, tampoco se exige una prueba negativa para entrar en cualquiera de los dos aeropuertos de la capital, aunque no hay ninguna indicación de que haya cambiado la política de tener que hacerse un test antes de volar en avión. Tampoco se exigen ya pruebas para coger el metro.

Mientras esperaban noticias, algunas personas, temoeosas de que el virus pudiera propagarse ahora más rápido, se han apresurado a comprar tests de antígenos y fármacos contra la fiebre, lo que ha hecho que se hayan emitido advertencias contra el acaparamiento y el alza de los precios.

Un grupo de personas hacen cola en una farmacia de Pekín para comprar medicamentos para la COVID REUTERS/Alessandro Diviggiano

Casi tres años después de que China detectara las primeras muertes por un nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan, las protestas por los estrictos confinamientos han llevado a varias ciudades a levantar algunas de las restricciones en los últimos días después de que el Gobierno declarara la semana pasada que se daban «las condiciones para ajustar medidas».

Las ciudades chinas comienzan a levantar restricciones

Antes de Pekín, lo han hecho otras ciudades como Shanghái, que tampoco exige resultado negativo de ácido nucleico para usar el transporte público y acceder a atracciones turísticas, aunque sigue siendo necesario para acudir a restaurantes y otros lugares públicos a cubierto, informa Efe.

Otra ciudad de la región de Zhejiang, Ningbo, ha ido un paso más allá y tampoco exige escanear con el teléfono móvil un código de seguimiento a la entrada de los establecimientos que permite el rastreo de los contactos de positivos para su posterior confinamiento.

La flexibilización de las normas se produce tras una serie de protestas que supusieron la mayor expresión de descontento público en la China continental desde que el presidente Xi Jinping llegó al poder en 2012. Este mismo miércoles China podría anunciar diez nuevas medidas de relajación, según dos fuentes citadas por Reuters.

La viceprimera ministra Sun Chunlan, a cargo de supervisar la política de ‘cero covid’, aseguró la pasada semana que la baja patogenicidad del virus y la alta tasa de vacunación de más del 90 % de la población, entre otros factores, han «creado las condiciones» para que el país «ajuste las medidas contra la pandemia» al estar en «una nueva situación».

La estricta política de «cero COVID»

La política de «cero COVID» consisten en el aislamiento de todos los contagiados y sus contactos cercanos -de ahí el rastreo mediante el escaneo de los teléfonos móviles- estrictos controles fronterizos, confinamientos parciales o totales en los lugares donde se detectan casos y pruebas PCR constantes a la población urbana.

China ha sufrido en los últimos meses oleadas de rebrotes atribuidas a la variante ómicron que han provocado cifras récord de contagios no vistas desde el inicio de la pandemia en la primera mitad de 2020.

Según las cifras oficiales, desde el inicio de la pandemia el país ha registrado un total de 345.529 contagios -cifra que excluye a los asintomáticos- y 5.235 fallecimientos.

China, en la disyuntiva de continuar con su política de ‘COVID cero’ o arriesgarse a convivir con el virus

China ha vivido esta semana las mayores protestas ciudadanas en años, en contra de las restricciones asociadas a la política de «COVID cero» adoptada desde el inicio de la pandemia del coronavirus.

Las protestas son un desafío para el control y la estabilidad social, pilares de la presidencia de Xi Jinping, y han forzado a las autoridades a ser más flexibles. China se enfrenta a una disyuntiva: seguir con la estrategia que ha mantenido a raya la mortalidad, con un alto coste económico y social, o arriesgarse a una mayor apertura que podría colapsar su sistema sanitario. 

‘COVID cero’, una medida necesaria que ha salvado vidas

Cuando se declaró la pandemia, China y otros países de Asía y Oceanía (Japón, Corea del Sur, Australia o Nueva Zelanda) optaron por una política muy estricta, con cierres totales de fronteras y confinamientos. Esta «estrategia de eliminación» pretendía limitar al mínimo los casos y la transmisión, como se hizo en 2003 frente a la epidemia del SARS.

En el otro extremo, Reino Unido o Suecia comenzaron apostando por la inmunidad de grupo o la «responsabilidad social», y tuvieron que decretar confinamientos cuando las muertes se dispararon.

En China, con un régimen dictatorial, la «estrategia de eliminación» se ha aplicado al extremo: se han confinado edificios, barrios o ciudades enteras ante la aparición de un solo caso, y se ha trasladado a la fuerza a los contagiados a centros de cuarentena colectivos, separando incluso a las familias. Todo ello sin una oposición interna destacada. Hasta hoy. 

Las autoridades insisten en que se han evitado muertes. Las cifras oficiales les dan la razón: China registró hasta el 1 de noviembre 206 casos y una muerte por cada 100.000 habitantes, con un total de 15.642 muertes.

En comparación, en España se han detectado 28.899 casos / 100.000 h., y más de 115.000 muertes; en Estados Unidos, 29.465 casos / 100.000 h. y más de un millón de fallecidos

«Se ha demostrado que las políticas de ‘COVID cero’ son eficaces«, opina, en declaraciones a RTVE.es, Joan Caylà, miembro del grupo de comunicación de la Sociedad Española de Epidemiología y presidente de la Fundació UITB (Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona). «Aquí con las estrategias adoptadas hemos sufrido más casos». 

«La política de ‘COVID cero’ fue muy importante y acertada en su momento – coincide, en una entrevista en RNE, Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) – Era lo único que permitía, en un país tan poblado, y con una enfermedad para la que no había vacuna, y con una gran presión asistencial, no colapsar el sistema sanitario y no tener decenas de miles de muertos». 

La política de ‘COVID cero’ fue muy importante y acertada en su momento

Las buenas cifras explican el apoyo social al principio de la pandemia. Pero después de tres años han comenzado a notarse los daños económicos y el hartazgo social. Sucesos como el incendio en un edificio confinado en Xinjiang o el aislamiento de trabajadores en una fábrica en Zhengzhou han alimentado la sensación de maltrato por parte de las autoridades. 

«La parte negativa de esta política es que la gente se siente encerrada, y esa limitación de movimientos en un primer momento se aguanta, pero a largo plazo no», explica a RTVE.es Manuel Franco, epidemiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria. 

«Aquí coincidió con muchos fallecimientos y contagios, pero si ves menos casos y que el resto del mundo ha vuelto a la actividad normal y tú sigues encerrando a la poblacion por unos contagios, no por enfermedad grave ni por fallecimientos, entonces ¿cómo de sostenible es ese nivel tan alto de control?«, se pregunta Franco. 

López Acuña cree que la «fatiga pandémica» aparece en todas las poblaciones, pero pide distinguir el elemento sociológico de las razones sanitarias. «No es que la estrategia sea rara. Tenía todo el sentido y lo tiene. Hay que articular las medidas para que tengan aceptación social«, subraya. 

Joan Caylà recuerda que también en España «la gente estaba cansada de evitar reuniones, de usar mascarillas, etc». «Allí ha sido muy duro por el control estricto. Esa política aquí habría sido muy difícil, por ejemplo, tener que hacer millones de PCR casi diarias». 

China está en una disyuntiva (…) Podrían afrontar miles y miles de muertos, que podrían pasar del millón

«China está en la disyuntiva de mantener medidas más restrictivas a corto y medio plazo, lo que es políticamente complicado porque puede provocar revueltas, o abrir, con menos prevención y control. Podrían afrontar miles y miles de muertos, que podrían pasar del millón«, advierte Caylà. 

Problemas con la vacunación 

La clave es la vacunación. En todo el mundo, el avance de las vacunas ha sido crucial para levantar restricciones. 

En China, el 89,2% de la población tiene la pauta completa y el 56,7% una dosis adicional (en España, un 85,5 % y un  54,7 %, respectivamente, según cifras de 12 octubre 2022). 

Pero China tiene dos problemas con la vacunación. En primer lugar, los antígenos que utiliza (principalmente, los de Sinopharm y Sinovac, ambos de fabricación propia), son menos efectivas que los que se usan por ejemplo en España (Pfizer y Moderna). Hasta 10-20 puntos menos eficaces, según Caylá.

En segundo lugar, la proporción de vacunados es algo menor entre los mayores de 60 años, uno de los grupos de riesgo: un 86,4 % están totalmente vacunados y un 68,2 % ha recibido una dosis de refuerzo. 

Las autoridades intentan acelerar la vacunación de este grupo de población, salvando los obstáculos logísticos de un país tan extenso, pero se enfrentan aún a la desconfianza.

«Tengo una enfermedad del corazón, y la tensión alta. ¿Y si me pasa algo?», declaraba a Reuters Cai Shiyu, de 70 años. Yang Zhijie, de 76, también tiene miedo. «Sin la vacuna ya tengo muchas enfermedades, y temo que después de ponérmela sean más graves».

La vacuna tampoco es una «solución mágica», advierte Daniel López Acuña. «No olvidemos que no es esterilizante, no impide los contagios. Reduce la severidad y el riesgo de muerte, pero tiene una duración limitada, y si no hay un número suficiente de dosis recientes, como se hace ahora en los países occidentales con una cuarta dosis, no hay la protección adecuada».

La respuesta «dinámica» de Xi ante la pandemia

Xi Jinping ha asociado a su persona la política de «COVID cero». En el reciente Congreso del Partido Comunista Chino, el presidente chino la calificaba de «guerra popular para impedir la transmisión del virus«. No obstante, también reconocía que debía ser «dinámica», adaptada a las circunstancias cambiantes. 

En Hong Kong, las restricciones para los viajeros se redujeron desde mediados de noviembre. Tras las protestas de esta semana, PekínCantón y Zhengzhou han flexibilizado las normas o han levantado confinamientos.

En los próximos días se espera una reforma a nivel nacional, informa Reuters. Algunos contagiados asintomáticos (embarazadas, personas mayores) podrán pasar la cuarentena en casa, junto con sus contactos estrechos. También se espera que se potencien los tests de antígenos y se reduzca la frecuencia de los cribados masivos con PCR. 

«Para que el coronavirus no se desmadre en un país tan inmenso, lo que podría tener repercusión a nivel mundial, es mejor seguir con las estrategias de eliminación, pero con alguna apertura para hacerlas más soportables – cree Joan Caylà – E insistir en el uso de mascarillas al aire libre y los medidores de CO2, y conseguir coberturas vacunales muy buenas con vacunas efectivas, lo que no es fácil». 

Las lecciones que Occidente debe aprender de China

Tres años después del primer brote de la enfermedad, detectado en Wuhan, la mayoría de los países han optado por una «estrategia de mitigación»:  vacunación, medidas de protección y prevención personal y atención a los enfermos. Las autoridades repiten que hay que «aprender a convivir» con el virus. Pero la situación de China, alertan los epidemiólogos, demuestra que la pandemia no ha acabado

En Occidente no acabamos de entender que no hemos zanjado la pandemia, y nos lleva a conductas irresponsables

«En Occidente no acabamos de entender que no hemos zanjado la pandemia, y eso lleva a conductas irresponsables«, alerta Daniel López Acuña. «El virus aún nos puede dar un susto. Primero porque es altamente mutante, produce nuevas variantes que tienden a escapar a la eficacia de las vacunas. Segundo, porque las vacunas tienen una duración limitada. Y tercero, porque hemos bajado la guardia en las medidas de protección, como el uso de mascarilla». 

López Acuña señala el aumento de infecciones en otoño-invierno, cuando coinciden otros virus respiratorios con la gripe y, ahora, el coronavirus, y la «mortalidad excesiva este año en España» a pesar de la vacuna. «Tenemos una tendencia a la reinfección con severidad«, advierte. 

«No se trata de volver a los confinamientos – añade – Eso se usó en su momento, y muy bien usado. Pero no podemos cruzarnos de brazos y pensar que ya no tenemos que preocuparnos, que es una gripe o un catarrito». 

«Muchos medios de comunicación dan la pandemia como una cosa pasada – se lamenta Joan Caylà – pero si se miran los datos del Ministerio, y las muertes diarias por COVID, a estas alturas debería preocupar».

Los epidemiólogos insisten en que hay que continuar con las medidas preventivas, como usar mascarilla, mantener las distancias y vacunarse con las dosis de refuerzo.