Perú, el país del mundo donde más niños se han quedado huérfanos a causa de la COVID-19

Cedonia se quedó viuda el año pasado, cuando su marido falleció por la COVID-19.

Con los 150 euros que gana al mes, ella sola tiene que afrontar los gastos de la casa y hacerse cargo de sus dos hijas, que todavía están pasando el duelo por la pérdida.

«Ella dice ¿por qué falleció mi papá?, ¿por qué ellos tienen papá y yo no tengo?», nos cuenta Cedonia. 

 Perú, con la mayor tasa de mortalidad per cápita del mundo, es el país donde el virus ha dejado más huérfanos.

Según las estimaciones del Gobierno del país andino unos 100.000 menores de edad perdieron a un padre, a una madre, a ambos progenitores o a su cuidador durante la pandemia.

Muchos de ellos podrían verse abocados al trabajo infantil

17.000 peruanos reciben actualmente una pensión de orfandad por la covid de cincuenta euros al mes.

«Está destinado exclusivamente para el tema educación, salud y alimentación», señala Dennys Taipe Porras de la Unidad de Desarrollo Integral de las Familias. 

Pero la ayuda es insuficiente y preocupa el futuro de estos niños y niñas.

«También nos preocupa que los niños tengan que ingresar al trabajo infantil que también es una problemática bastante fuerte en el país», nos dice Patricia Ames, investigadora de la Universidad Pontificia Católica de Perú. 

La pobreza y la violencia son solo algunos de los riesgos a los que se exponen los menores en esta situación.

Los virus respiratorios se adelantan tras la pandemia: «Estamos en niveles propios de diciembre»

Tos, estornudos, mucosidad y fiebre. Son síntomas que, a finales de octubre, están más presentes en el ambiente que otros años. “Sí, los virus están incrementando su nivel y tenemos tasas de incidencia bastante más altas que las habituales en esta época del año”, ha explicado el doctor José María Molero, portavoz del Grupo de Infecciosas de la SemFyc, en el programa Las Mañanas de RNE con Íñigo Alfonso. 

Según el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratorio Aguda (SiVIRA), la tasa de gripe en Atención Primaria se sitúa en 34,7 casos por cada 100.000 habitantes y la de VRS en 14,4. “Son virus que en otros años antes de la pandemia estaban en un nivel más bajo y que ahora están incrementando su nivel, aunque todavía no estamos hablando de epidemia”, aclara el doctor Molero. 

Es algo que ocurre a nivel global y que constataron en su invierno países del hemisferio Sur como Australia o Nueva Zelanda, que pasaron su gripe dos meses antes de lo previsto. Igual que ahora en España. “En octubre estamos teniendo en octubre la tasa de incidencia propia de diciembre”, explica Molero.

¿Por qué hay tantos virus en octubre?

Hay dos razones que explican este adelanto. Por un lado, “se están disminuyendo las medidas de prevención que estamos utilizando para la Covid-19” como, por ejemplo, el uso de las mascarillas o la ventilación en los espacios cerrados. 

El segundo motivo es que, por la pandemia, hemos pasado dos años en los que no han circulado prácticamente los virus de la gripe porque se ha reducido el contacto entre la población que más se infecta: los niños y los menores de 15 años. “Como la gripe circula más por ellos, acaban, entre comillas, vacunados, pero al no haberla pasado en estos dos años ahora son una población más vulnerable y está más predispuesta a infectarse más rápidamente que otros años, y con ello a transmitir el virus más frecuentemente a los adultos, que son los que realmente sufren más las consecuencias a pesar de su vacuna”, explica el doctor. 

La campaña para administrar la cuarta dosis de la vacuna contra la COVID-19 comenzó en España el 26 de septiembre. La Comisión de Salud Pública recomienda la vacunación a todos los mayores de 60 años y a quienes estén en una situación vulnerable, además del personal sociosanitario.

Mascarillas, vida más allá del coronavirus

Los ingresos en los hospitales están empezando a aumentar y “en algunos centros hospitalarios respecto a la semana anterior se han duplicado las tasas de de ingresos por gripe,” por lo que aunque no estemos en plena pandemia Molero ha recomendado seguir teniendo cuidado y cumpliendo algunas medidas. 

Las mascarillas no es una medida que venga asociada al coronavirus”, ha recalcado el Dr. José María Molero, “nosotros llevamos recomendando su uso todos los años cuando llega la epidemia de gripe porque es una medida que se ha demostrado eficaz.” Por lo que aconsejan el uso de medidas sobre todo con grupos vulnerables. Molero no es partidario de quitar las mascarillas en el transporte ni a nivel normativo ni personal. 

La China de Xi busca alzarse como primera potencia mundial en un mundo cambiante

El XX Congreso del Partido Comunista de China, celebrado en Pekín y que ha reelegido como líder a Xi Jinpingconfirma su poder y también la línea de su política exterior. Xi marcó esa línea hace ocho años, con el objetivo de que China alcance en este siglo la posición de primera potencia económica mundial. 

«China tiene un guión establecido, y no se ha salido de él«, confirma a RTVE.es Águeda Parra, analista del entorno geopolítico y tecnológico del gigante asiático.

La estrategia es flexible y se adapta a las coyunturas nacionales e internacionales: la pandemia del COVID, con su estela de menor crecimiento económico; la guerra de Ucrania o la mayor presencia de EE.UU. en el Pacífico y su respaldo militar a Taiwán

Una política más «asertiva» para que China vuelva a ser la primera potencia

A menudo se olvida en Occidente que China, además de una antigua y sofisticada civilización, era la principal potencia económica antes de la primera Guerra del Opio, en 1839. Hasta el momento en que los británicos forzaron su entrada en el mercado chino con el comercio de la droga (que la dinastía Qing había prohibido), la balanza comercial se inclinaba del lado de China, que era autosuficiente y exportaba artículos de lujo.

Los chinos, y en especial el Partido Comunista, consideran ese año como el comienzo del «siglo de humillación», el periodo en que el gigante asiático quedó a expensas de los intereses económicos y territoriales de ingleses, franceses, rusos y japoneses. Xi pretende ahora llevar a su país a la posición de primera potencia de la que gozaba hace 200 años, y para ello despliega una política exterior que suele calificarse como «asertiva»

«Ser más asertiva es ser más contundente cuando haga falta, en las cuestiones que para China son líneas rojas», explica Lluc López, director del máster en Diplomacia y Asuntos Internacionales de UOC-UNITAR. Y pone como ejemplo la reclamación territorial sobre las islas del Mar de China Meridional, donde, aun sin contar con el respaldo internacional, China ha levantado infraestructuras e instalaciones militares. 

Asertividad también es asumir mayor protagonismo en las instituciones internacionales, de la ONU a la Organización Mundial del Comercio, que China «está cambiando desde dentro», asegura López.

«En los últimos 40 años de apertura al exterior – recuerda Águeda Parra – China había buscado crecer económicamente, socialmente, con mejoras a nivel doméstico, pero sin interferir demasiado en los asuntos externos, manteniendo buenas relaciones para que el crecimiento de China no se considerara una amenaza para el resto del mundo». 

Pero, una vez que se ha situado como potencia hegemónica en Asia con proyección global, era inevitable que se produjeran reacciones en el tablero geopolítico mundial. «China hasta ahora solo se había movido en un eje, que era el económico, y ahora se mueve también en otros dos: los de política y defensa y seguridad«, apunta la analista. 

«Con el liderazgo de Xi ha quedado claro que tienen un modo de desarrollo y modernización diferente al que procede de esta parte del mundo», considera por su parte Joaquín Beltrán, profesor en el Área de Estudios de Asia Oriental de la Universitat Autònoma de Barcelona. «No van a hacer lo que les decimos que tienen que hacer. Se sienten soberanos para tomar sus propias decisiones sobre cómo posicionarse en el mundo», insiste. 

«Está claro que China quiere cambiar el sistema internacional, a la manera china», opina Lluc López, pero la comunidad internacional aún no tiene claro si ese cambio será cooperativo o conflictivo. «Aún no lo sabemos, estamos en un momento de muchos cambios», justifica. 

Lo que sí parece claro es que la competencia entre China y Estados Unidos será la que marque este sigloWashington considera ya a China su principal rival internacional y la única potencia que puede disputarle el liderazgo mundial.

La nueva estrategia de seguridad de Estados Unidos sitúa a China como su enemigo número uno

Taiwán: un viejo conflicto en un entorno más tenso 

La mayor línea roja para China es Taiwán. La República Popular busca la reunificación con la isla desde su nacimiento, y la disputa ha provocado dos conflictos armados (en 1954-55 y 1958). En 1996, el triunfo del partido pro-independencia en las primeras elecciones democráticas en Taiwán provocó otra crisis, en la que China llevó a cabo ejercicios militares con fuego real para amedrentar a los taiwaneses. Es lo mismo que hizo el pasado agosto tras la visita a Taipei de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi.

El propio presidente estadounidense, Joe Biden, ha declarado que su país está preparado para apoyar militarmente a Taiwán en caso de invasión, alejándose de la ambigüedad mostrada por anteriores inquilinos de la Casa Blanca. En su discurso de apertura del congreso del PCCH, Xi ha advertido de que no descarta a su vez el uso de la «fuerza militar».

Para Lluc López, estas declaraciones suponen una novedad respecto al anterior congreso. «Hay que preguntarse qué pasará si hay una escalada similar a las anteriores. La actuación de China va a ser más asertiva, va a usar la fuerza. Xi ha insistido de una forma muy clara». 

Águeda Parra cree, por su parte, que la primera opción de Pekín será siempre la de una reunificación pacífica, pese a que está «elevando más el tono» ante los gestos de EE.UU. 

«El conflicto potencial de Taiwán se está reactivando constantemente desde la segunda mitad de la década de los 90, no es nuevo – dice por su parte el profesor Joaquín Beltrán – A EE.UU. le interesa periodicamente reactivar la impresión de que ahí puede haber problemas. China ha reccionado a eso, no es ella quien trata de provocar, de entrada, un conflicto en la zona».

Aparte del apoyo a Taiwán, a Pekín le preocupa que EE.UU. y sus aliados, ya sea como OTAN o bajo otro paraguas, estén cada vez más presentes en sus fronteras y puedan llegar a circundarla. 

Estados Unidos tiene dos alianzas de seguridad en la zona. Una es el QUAD, en la que participa junto con Japón, Australia y la India. Otra es el AUKUS, el acuerdo militar alcanzado en septiembre de 2021 con Reino Unido y Autralia, que dotará a este último país de submarinos nucleares.

En parte para contrarrestar el AUKUS, China está buscando acuerdos de seguridad con países del Pacífico, como el alcanzado con las Islas Salomón. Tras firmar el acuerdo, este país ha decidido no admitir barcos de guerra en sus puertos, lo que ha motivado la protesta de EE.UU. 

Rusia: socio pero no aliado

Si China mira hacia el este y ve a EE.UU. y a sus aliados, hacia el oeste se encuentra con Rusia. Este país se encuentra inmerso en la guerra de Ucrania. Pero este conflicto no tiene la misma repercusión en el este de Asia que en Europa. De Kiev a Pekín hay 6.500 kilómetros, y China es el centro de todo un sistema de relaciones e interdependencias diferente al euro-atlántico. Importa más lo que ocurra en la India, Corea, Japón o Australia.

China no ha dejado de comprar a Moscú gas y petróleo (a mejor precio, además), al igual que otros países asiáticos (y también europeos), y ha participado en ejercicios militares conjuntos. No obstante, Xi ha mostrado a Putin su incomodidad con la guerra, y Pekín reitera periódicamente su llamamiento al diálogo y al respeto a las fronteras y la soberanía estatales.

«China está incómoda con la invasión ucraniana porque vulnera uno de los principios básicos de la política exterior china, que es la no injerencia en los asuntos internos de cada país y el respeto al principio de soberanía – afirma Lluc López – Atacando a Ucraina, Putin ignora este principio, y Xi no quiere que hagan lo mismo con China en Xinjiang, Tibet o Hong Kong». 

«Rusia y China no son aliados, son socios comerciales – dice Águeda Parra – En el momento en que Rusia se ha visto aislada por la reacción de Occidente ante la guerra, ha tenido que recurrir a sus otros socios». «Rusia se ha posicionado mucho más en el lado del tablero de China, las circunstancias han llevado a este acercamiento, que no es una alianza», añade.

Pekín se beneficia de tener a una Rusia más débil y dependiente, sobre todo en el ámbito económico, y le muestra su comprensión en su enfrentamiento «antiimperialista» con Occidente. Pero su relación sigue siendo, afirma Joaquín Beltrán, «ambigua y ambivalente». «Podemos decir que es una amistad estratégica, que tiene que ver con la seguridad, el comercio, los recursos naturales e intereses comunes, pero en la que se miran de reojo«.

Las Mañanas de RNE con Íñigo Alfonso – La China de Xi Jinping: «No están de acuerdo con Putin ni con la guerra, pero Occidente no cuenta con este país» – Escuchar ahora

Además, mientras Rusia está ocupada en Ucrania, y tras la marcha de Estados Unidos de Afganistán, China desempeña un papel cada vez más importante en Asia Central, su frontera suroriental. Ahí, además de los intereses comerciales (la zona es rica en minerales y tierras raras), Pekín busca impedir que los grupos yihadistas crucen la frontera y se infiltren en la región de Xinjiang, una provincia de mayoría musulmana donde los uigures reclaman la independencia.

La «nueva Ruta de la Seda» da un parón

El plan de la expansión exterior de Xi tiene un nombre: es la «Iniciativa del Cinturón y la Carretera» (BRI, por sus siglas en inglés), o Nueva Ruta de la Seda. El plan, iniciado en 2013, consiste en un campaña mundial de inversiones y construcción de infraestructuras para conectar mercados, clientes y suministradores, por mar desde el Mar de China al índico, el Mediterráneo y las costas de África, y por tierra a través de Asia hasta Europa. Con las inversiones, China exporta también influencia política. 

La estrategia ha sufrido un parón en los últimos años, derivado de diversas cirunstancias externas e internas: el choque comercial con la administración Trump en 2018; los conflictos diplomáticos por la situación de los derechos humanos en Xinjiang; o la pandemia del COVID, con los perjuicios económicos de la política de «tolerancia cero» de las autoridades chinas y los problemas en las cadenas de suministro.

Además, una China que crece menos ya no es tan generosa en sus inversiones en el exterior. Empieza a mirar con lupa dónde pone su dinero, y qué beneficios le va a producir. 

En 2020, el PCCh adoptó una nueva política económica, llamada «de circulación dual», enfocada a promover el desarrollo y el consumo internos, y no solo las exportaciones.

«China ya no pretende potenciar exclusivamente la exportación – subraya Joaquín Beltrán – Sin abandonarla, no tiene interés en depender solo de la exportación. Quiere desarrollar la economía interna, subir el nivel de vida sin depender del exterior y ser más autosuficiente. Y lo puede hacer porque es muy grande y tiene grandes desequilibrios regionales». 

No obstante, eso no significa que desatienda sus inversiones y sus relaciones comerciales fuera de Asia, en especial con Alemania, Francia y Reino Unido (el «top tres» de sus socios comerciales, en palabras de Águeda Parra).

El canciller alemán, Olaf Scholz, viajará precisamente a Pekín a principios de noviembre, y será el primer líder del G-20 que visita el país tras la pandemia de COVID. El viaje será un test sobre la salud de las relaciones bilaterales. Pekín espera que Scholz dé el visto bueno a la inversión china en el puerto de Hamburgo, que ha provocado disensiones en la coalición de gobierno, según la radiotelevisión pública alemana NDR

Cinco Continentes – La economía china se ralentiza – Escuchar ahora

China también conserva importantes inversiones en África y en America Latina. En esta última región, la influencia de China es cada vez mayor, afirma Lluc López, afianzada por las buenas relaciones con los gobiernos de izquierda de Argentina, Venezuela o en su momento Brasil.

Las violaciones de los derechos humanos y la COVID perjudican la imagen de China

La imagen que el resto del mundo tiene de un país forma también parte de su política exterior, aunque es difícil de medir. En el caso de China, su percepción en el exterior ha ido a peor desde 2018 y más aún desde 2020.

Al menos así ha sido en el conjunto de 19 países de Europa, Asia y América del Norte que forman parte del estudio que Pew Research Center, un centro de investigación de datos con sede en Washington, viene realizando desde comienzos de siglo.  la percepción de los ciudadanos sobre China es mayoritariamente negativa. 

La opinión negativa llega al 82 % de lo encuestados en Estados Unidos y es igualmente alta entre sus aliados en el Pacífico (87 % en Japón, 86 % en Australia y 80 % en Corea del Sur). En España, la percepción negativa es del 63 %

«El mundo es algo más que esta parte del mundo – advierte Joaquín Beltrán – Hay países que no tienen esa imagen cada vez más negativa de China, y son países de Asia, África y América Latina. Aquí se observa la división entre los países que siguen la visión de EE.UU., y aquellos que no la siguen».

Pew Research atribuye la mala imagen de China en el exterior a la pandemia de COVID-19, pero también a las denuncias de violaciones de los derechos humanos. Esto preocupa a los encuestados más incluso que la capacidad militar, la competencia económica o la posible injerencia china en los asuntos domésticos. 

Además, la mayoría de los encuestados en el estudio tiene poca o ninguna confianza en que Xi Jinping ejerza una influencia positiva en los asuntos internacionales.  

Sanidad elimina los controles sanitarios para entrar en España

Los controles sanitarios impuestos para entrar a España como consecuencia de la pandemia del coronavirus se eliminan desde este viernes, también en las fronteras de Ceuta y Melilla, según dos órdenes del ministerio de Sanidad publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Esta decisión se ha adoptado, según el departamento que dirige Carolina Darias, al haberse superado la fase aguda de la pandemia y teniendo en cuenta la evolución de la misma en todo el mundo, así como los altos índices de inmunización.

En la actualidad estos controles sanitarios, que se establecieron para evitar la propagación del virus, estaban limitados a personas que procedían de países no pertenecientes a la Unión Europea o con la consideración de países asociados Schengen.

No ir más allá de lo necesario

En este escenario, se considera que las medidas de limitación de la movilidad internacional deben aplicarse respetando los principios generales del Derecho de la Unión, «no debiendo ir más allá de lo estrictamente necesario para salvaguardar la salud pública» y deben levantarse cuando la situación epidemiológica, en particular en la hospitalaria, lo permita.

Por ello, esta resolución deja sin efecto la del 1 de abril de 2022, relativa a los controles sanitarios a realizar en los puntos de España, por la que las personas que lleguen a España por vía aérea o marítima desde los citados países podrán ser sometidas a un control sanitario en el primer punto de entrada que incluirá, al menos, la toma de temperatura, un control documental y un control visual sobre su estado físico.

En lo que afecta a las fronteras terrestres, se encuentra articulado mediante la Orden SND/425/2022, de 13 de mayo, por la que se establecen medidas de control sanitario a las personas que llegan a España a través de los puestos fronterizos terrestres de Ceuta y Melilla.

Para ello, el BOE también publica hoy la Orden SND/984/2022, de 18 de octubre, por la que se deja sin efecto la anterior relativa a los puestos fronterizos.

Las medidas se pueden reactivar

El Reglamento (UE) 2021/953 establece las características de los certificados sanitarios de vacunación, de prueba diagnóstica y de recuperación en el marco de los viajes internacionales, con el objetivo de facilitar la libre circulación y suprimir gradualmente las restricciones, en el contexto de la pandemia por COVID-19.

Esta norma deja en manos de los Estados miembros la potestad de limitar la libre circulación por motivos de salud pública. Desde la publicación del Reglamento, en España se han exigido los certificados COVID digital de la UE como requisitos para los pasajeros internacionales.

En cualquier caso, un eventual empeoramiento de la pandemia puede suponer la reactivación de las medidas sanitarias en el ámbito de los viajes internacionales. Por ello, se ha publicado la resolución de 18 de octubre de 2022, de la Dirección General de Salud Pública, sobre los certificados sanitarios en los viajes internacionales durante la pandemia por COVID-19.

La Agencia Europea de Medicamentos aprueba el uso de la vacuna COVID a partir de los seis meses de edad

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha anunciado que recomienda la aplicación de las vacunas de Pfizer y Moderna contra la COVID-19 para niños mayores de seis meses. El Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP), dependiente del organismo regulador europeo, ha aprobado el uso en niños de seis meses a cuatro años para la vacuna de Pfizer -cuyo nombre comercial es Comirnaty-, y el uso en niños de seis meses a cinco años para la de Moderna -llamada Spikevax-.

De esta manera, se convierten en las primeras vacunas aprobadas para niños menores de cinco años en la Unión Europea. Comirnaty y Spikevax ya estaban aprobadas tanto en adultos como en niños a partir de cinco y seis años, respectivamente. Ahora, deberán ser las autoridades sanitarias nacionales las que aprueben el uso de las vacunas en estos nuevos grupos de edad.

Según ha anunciado la EMA en un comunicado, las dosis de ambas vacunas en estos nuevos grupos de edad serán menores. En los niños de seis meses a cuatro años de edad, la vacuna de Pfizer puede administrarse en tres dosis de tres microgramos cada una. Las dos primeras dosis se administrarían con un intervalo de tres semanas, seguidas de una tercera dosis al menos ocho semanas después de la segunda.

En los niños de seis meses a cinco años, la vacuna de Moderna puede administrarse en dos dosis de 25 microgramos cada una, con un intervalo de cuatro semanas entre los pinchazos.

Aprobación de la vacuna de Moderna actualizada a BA.4 y BA.5

Además, la EMA ha respaldado la vacuna de Moderna adaptada a las subvariantes BA.4 y BA.5 de ómicron para reforzar la protección contra la COVID-19 en personas mayores de 12 años que ya hayan recibido la pauta primaria. Se trata de la segunda vacuna de Moderna actualizada que aprueba la EMA, después de que el pasado mes de septiembre diese luz verde a la fórmula de esta misma farmacéutica adaptada a la variante BA.1.

“Al igual que todas las vacunas actualmente autorizadas contra la COVID-19, Spikevax sigue siendo eficaz para prevenir enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes asociadas con la COVID-19 y se seguirá utilizando dentro de las campañas de vacunación en la UE, en particular para las vacunaciones primarias”, subraya el organismo regulador europeo. La agencia recuerda que la estrategia de la UE es tener una amplia gama de vacunas adaptadas a diferentes variantes de este virus para que los países europeos tengan varias opciones en las campañas de vacunación.

Trabajadores de la salud pública de EE.UU. aseguran que el Gobierno de Trump les acosó durante la pandemia

El Gobierno del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump (2017-2021), acosó a científicos y trabajadores de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), el ente responsable de la salud pública en el país, durante la pandemia de COVID-19, según un informe publicado este lunes.

El informe publicado este lunes ha sido elaborado por un subcomité de la Cámara de Representantes de EE.UU. -bajo control del Partido Demócrata- y alega a partir de entrevistas con ex empleados de los CDC que la Administración de Trump escondió información sobre el coronavirus al público y acosó reiteradamente a sus trabajadores.

Entre otras cosas, algunos de los empleados de los CDC se quejaron de que los responsables gubernamentales les hicieron sentir «amenazados» y temer por sus puestos de trabajo si no se ceñían a la narrativa sobre la COVID-19 impulsada desde la Casa Blanca.

Bloquearon el plan para extender las mascarillas al transporte público

Además, según detalla el informe, el Gobierno de Trump trató en varias ocasiones de reescribir las publicaciones emitidas por los CDC, especialmente aquellas que dibujaban un panorama sombrío en los primeros meses de la pandemia.

En uno de los episodios más concretos narrados en el informe, se describe cómo en el verano de 2020 los CDC tenían un plan para exigir que todos los usuarios de transporte público y aviación comercial llevasen mascarillas, pero que el propio Gobierno se encargó de bloquearlo.

Aunque la mayoría de aerolíneas y sistemas de transporte público ya requerían para entonces a los pasajeros usar mascarillas, esta obligación partía de las propias entidades, sin que existiese por entonces una normativa gubernamental a la que ajustarse.